AMNISTIA GENERAL PARA TODOS LOS PRESOS POLÍTICOS
Saber que
está a punto de concretarse el indulto al
Presidente Fujimori creo que
aunque tarde es un acto de justicia y debe hacerse extensivo a todos los encarcelados a consecuencia de la
ola de violencia que azotó al país por
más de 20 años, y por supuesto que en
ciertas y concretas condiciones para evitar la reincidencia. Porque es
incuestionable que los encarcelados de
ambos bandos son presos políticos y no genocidas,
terroristas o delincuentes comunes como algunos jueces, cierta prensa o ciudadanos
prejuiciosos catalogaron.
Porque para
quienes conocemos la historia del Perú y de manera especial de las
últimas décadas no es justo que se sancione con tanta severidad
a quienes por diversas circunstancias o en cumplimiento de
responsabilidades aparecen como culpables de crímenes cuando
los verdaderos autores de la ola violentista que azotó al país por más de
20 años y todas las secuelas que de aquella se derivan fueron los
gobernantes y representantes que tuvimos antes del 80, año en que empezó
la guerra fratricida, quienes por egoísmo, irresponsabilidad o incompetencia no resolvieron los
crónicos problemas del país.
Por eso
considero que los fallos que emitieron
los señores jueces son anti
históricos e injustos y no resisten el
menor análisis científico porque al parecer se emitieron pensando
en la tribuna, la prensa, o yéndose por las ramas, y al final
terminaron condenando al verdugo que puede ser solo un profesional
en su oficio y no al culpable que
siempre fue un Estado que irresponsablemente incumplió su rol
social. Parecería también que los jueces “decidieron” así para agradar a un gobierno que les dio la
oportunidad de acceder a honorarios que por altos son envidiables,
incluso subestimando principios fundamentales del derecho como el
concerniente al criterio de conciencia, el indubio pro reo y el derecho
al debido proceso que resultaban fundamentales en estos casos.
Considero
que los señores jueces debieron abordar estos casos con
realismo, imparcialidad, extrema cautela y mucho patriotismo y no en la
forma precipitada como lo hicieron, porque si se considera que el interés
social prevalece sobre cualquier otro, en la tal guerra fratricida ambos bandos
actuaron en función del mismo porque mientras los subversivos dijeron
quese levantaron en armas en defensa de los más humildes del país, el gobierno
y las fuerzas armadas actuaron en busca de la paz que la ciudadanía reclamaba.
Y si hubo excesos de ambos bandos, eso es natural porque no hay
guerra limpia. Además no hay que olvidar que el Presidente Fernando
Belaúnde, cuando a solicitud de la ciudadanía y la presión de
importantes agrupaciones políticas del país dispuso que las fuerzas armadas
ingresaran a la aludida guerra interna dijo “lamentablemente caerán
muchos inocentes”, lo cual se dio.
Tengo la
certeza que si a cada uno de los encarcelados se les preguntase si se
arrepienten de sus actos ninguno se retractaría porque Fujimori
actuó como Presidente de la República obligado a reimplantar el orden a
cualquier precio, Montesinos como asesor del Presidente, Abimael y otros
como defensores de un pueblo crónicamente soslayado gobierno tras gobierno y porque
no son los delincuentes comunes que los prejuiciosos discriminan y avasallan,
como tampoco se retractarían nuestros soldados porque solo cumplieron su
deber. Son razones incontrastables y
evidentes que justifican una amnistía
general.
Pero aún
es harto preocupante que siguen desatendidos los más importantes
problemas del país empezando por el educativo pues al respecto solo se
han dado medidas menores e insignificantes que solo pueden ser partes
de un todo y en este caso de la Revolución Educativa que también ofreció
el actual Presidente cuando fue candidato. Constituye una prueba
indiscutible que persiste lamentable desidia por la suerte de los
pobres lo cual constituye un caldo de
cultivo para toda forma de protesta, porque la necesidad y el hambre no tienen color político.
Si el
retiro de los conquistadores hizo pensar a nuestros antepasados que
sus angustias terminaban, no resultó así porque solo alternamos amos pero el Estado no cumple su función original de servir
a nuestra población y es poco lo que
hace en favor de los humildes. En consecuencia subsisten razones
para la protesta y peor ahora en que nos enteramos por ejemplo que el último ex
presidente de la República vive como rey en un ultra
residencial barrio de la capital, lo cual sigue devaluando la política y demuestra
que aquí es el arte de llenarse los bolsillos con el dinero del Estado.
Indudablemente
que en nuestro país se continúa priorizando el interés de los pocos que tienen mucho
y se soslaya el de los muchos que poco o nada poseen y si bien eso se dio
abiertamente durante la privatización que realizó la dictadura pasada,
cuando casi todo el dinero recibido fue en “auxilio” de los bancos y las
APFs y solo un pequeño porcentaje se destinó a la obra social, eso se
repite ahora porque no se asigna a la educación por ejemplo, fondos
suficientes a pesar que es fundamental para el avance y bienestar real y permanente
de los pueblos. Por eso los meses
de febrero y marzo siguen siendo una suerte de terremoto en la economía
familiar, pues en un país donde el trabajo es escaso y mal pagado, irresponsablemente
se deja la educación a cargo de una economía paterna precaria y a
este paso el real avance y desarrollo se torna en imposible.
El Perú
también sigue siendo un país donde abundan los inocentes presos y
los delincuentes libres lo cual es fácilmente comprobable. También es el
país de la discriminación desesperada para impedir que los de abajo
lleguen al poder, y eso lo he comprobado personalmente en las dos ocasiones en
que postulé a la presidencia de Perú. Comprobé que aquí las elecciones se ganan
fundamentalmente con dinero, farsa e influencias, lo cual pone en
tela de juicio nuestra endeble democracia y el estado de
derecho que unos pocos pudientes defienden con ardor y a cualquier
precio. Con cualquier pretexto se impide el cambio que la mayoría
anhela con suprema urgencia y por lo tanto sigue justificada la protesta
ciudadana, de cualquier envergadura pero siempre habrá protesta. ¡!!Y cómo no
se ha de protestar si la mayoría de nuestra población es pobre y la
cuarta parte extremadamente pobre a la cual no le llega el pan de cada
día a pesar que somos un país privilegiado por Dios y la
naturaleza!!!. Se desconoce acaso que DONDE NO HAY PAN,NO HAY PAZ?.
A parte de
todo esto, nuestra precaria situación económica tiene visos
de eterna en tanto siga vigente la corrupción en la administración
pública en la cual está prácticamente oficializada porque existen
leyes que permiten que los delitos de los funcionarios
públicos que le roban al Estado prescriban luego de algunos años, lo cual
es por demás injusto y execrable. ¿Cómo no va a existir protesta
ciudadana en estas condiciones?. Y peor ahora que con la explotación
minera se está destruyendo nuestra agricultura que es fuente de
vida de millones de peruanos, y todo para favorecer a
unos cuantos extranjeros y peruanos favoritos de los
gobiernos de turno.
Pero como
de todas las desdichas se sacan positivas experiencias, creo que la
más valiosa de la guerra fratricida puede ser que para que nunca más tengamos
protestas y violencia en el país, nuestros gobernantes deben cumplir
lo que ofrecieron a la ciudadanía. No hay otra salida. Los peruanos hemos
sufrido tanto en los últimos tiempos que creo que hemos aprendido a
comprender a nuestros gobernantes.
Ojalá en el
futuro tengamos más cuidado al elegir a
nuestros gobernantes y representantes, ojalá podamos seguir los consejos que
Dios nos da en Deuteronomio Capítulo 1versículos 13 y 17. Nos recomienda elegir como autoridades a gente experimentada
y justa. El día que vayamos a las ánforas con esa idea le estaremos dando al
Perú gente que sí sabrá forjar un país grande, próspero, respetable
y realmente independiente y con una población que sí disfrutará
de bienestar real y permanente, porque sin duda resolverán
integralmente todos los crónicos problemas sociales del Perú, empezando
por democratizar la educación, porque el hombre que tiene ciencia en el
cerebro resuelve fácilmente todos sus problemas, los de sus seres
queridos y tiene también la capacidad suficiente para
convertirse en pionero del desarrollo nacional.
Esperando
que estas líneas induzcan a los lectores y a nuestras autoridades a
la reflexión y dejando constancia que me agradaría fundamentarlas en
cualquier evento, lugar o circunstancia me despido de ustedes, no sin
antes agradecerles por vuestra fina y honrosa atención.
¡VIVA EL
PERÚ!. POR LA UNIÓN DE TODOS LOS
PERUANOS:!AMNISTIA GENERAL PARA TODOS LOS PRESOS POLÍTICOS!.