martes, 29 de enero de 2013



LA REVOCATORIA DE LA DOCTORA VILLARÁN


 


             Es discutible el desempeño de la alcaldesa de Lima  y por eso  la ciudadanía el próximo mes de marzo dirá si se queda o se va. Se trata de una dama respetable  a quien se la recuerda principalmente como defensora de los derechos humanos y a pesar que conozco casos en que subestimó los justos y oportunos  petitorios de algunos ciudadanos que no eran izquierdistas, se la conocía como luchadora social.
            Pero en la regencia de la alcaldía  de Lima metropolitana  hasta el presente su labor, a parte de sus  mensajes populistas y algunos proyectos errados, no se ve obra concreta  y si las hay se publican con cifras erradas. Pero es evidente  mucho descuido de la ciudad  que en principio fue escandaloso cuando  constatábamos arbolitos moribundos, prueba inobjetable  que su gente desconocía e improvisaba, aunque también se dio tiempo para hacer  política partidarista  cuando paralizó obras importantes iniciadas  por la anterior administración que si bien también es harto discutible  en el aspecto moral como ocurrió en el caso Comunicore estaban mejor planificadas y financiadas.
            El desempeño de nuestra alcaldesa trae a la memoria los gobiernos del Partido Aprista, especialmente el  primero  cuando siendo añoso y una esperanza de más de  60 años, improvisó y gobernó el país con ciudadanos de otras organizaciones políticas , prueba contundente que  no tenía  gente capacitada para  gobernar, lo cual fue una suerte  de estafa a sus electores. Igual  le ocurrió a la doctora Villarán  cuando su gente de izquierda nos está demostrando  que no es competente para gobernar Lima.
            Pero  el hecho que la alcaldesa  podría dejar el cargo  si el electorado metropolitano no le renueva su  confianza tampoco justificaría que  deje la posta al partido del anterior alcalde por las razones expuestas y una serie de supuestos malos manejos que se le achacan.
            Es inobjetable que ya es tiempo de  llevar a los altos cargos de nuestra  administración  pública a gente experimentada sí pero justa también, lo cual salvo muy raras excepciones nunca se vio por estos lares, porque no podemos seguir  consolándonos  con el ya trillado ROBA PERO HACE OBRA que traduce la aguda crisis moral  de la que somos testigos cotidianamente los peruanos porque nuestros gobernantes y representantes no tienen  el coraje y patriotismo suficientes para declarar la guerra a muerte a la corrupción, ese cáncer  diabólico que nos tiene pobres y subdesarrollados y viviendo vergonzosamente de nuestros recursos naturales que cuando se agoten será la hecatombe.
              La única salida son las nuevas agrupaciones políticas. Pero aunque parezca mentira ya las viejas que nos defraudaron ya tomaron sus precauciones, ¡claro que sí! Si bien  las últimas encuestas  nos dan a conocer que los partidos con mayor desaprobación son el Apra, Fujimorismo  y PPC, que tienen ínfulas de ser los mejor organizados, en los últimos  tiempos han dado leyes  para impedir la inscripción de nuevos partidos al haber incrementado el número de firmas necesarias para su inscripción. Con este atentado criminal que  los viejos partidos han consumado  contra la democracia nos están condenando  a que siempre estaremos  gobernados por ellos o sus amigos, a pesar que son los responsables solidarios del drama del Perú. Se supone  que la ciudadanía no se quedará con los brazos cruzados

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