LA REVOCATORIA DE LA DOCTORA VILLARÁN
Pero en la regencia de la alcaldía de Lima metropolitana hasta el presente su labor, a parte de
sus mensajes populistas y algunos
proyectos errados, no se ve obra concreta
y si las hay se publican con cifras erradas. Pero es evidente mucho descuido de la ciudad que en principio fue escandaloso cuando constatábamos arbolitos moribundos, prueba
inobjetable que su gente desconocía e
improvisaba, aunque también se dio tiempo para hacer política partidarista cuando paralizó obras importantes iniciadas por la anterior administración que si bien
también es harto discutible en el
aspecto moral como ocurrió en el caso Comunicore estaban mejor planificadas y financiadas.
El desempeño de nuestra alcaldesa trae a la memoria los
gobiernos del Partido Aprista, especialmente el primero
cuando siendo añoso y una esperanza de más de 60 años, improvisó y gobernó el país con ciudadanos
de otras organizaciones políticas , prueba contundente que no tenía
gente capacitada para gobernar, lo
cual fue una suerte de estafa a sus
electores. Igual le ocurrió a la doctora
Villarán cuando su gente de izquierda
nos está demostrando que no es
competente para gobernar Lima.
Pero el hecho que la alcaldesa podría dejar el cargo si el electorado metropolitano no le renueva
su confianza tampoco justificaría
que deje la posta al partido del
anterior alcalde por las razones expuestas y una serie de supuestos malos
manejos que se le achacan.
Es inobjetable que ya es tiempo de llevar a los altos cargos de nuestra administración pública a gente experimentada sí pero justa
también, lo cual salvo muy raras excepciones nunca se vio por estos lares,
porque no podemos seguir
consolándonos con el ya trillado
ROBA PERO HACE OBRA que traduce la aguda crisis moral de la que somos testigos cotidianamente los
peruanos porque nuestros gobernantes y representantes no tienen el coraje y patriotismo suficientes para declarar
la guerra a muerte a la corrupción, ese cáncer
diabólico que nos tiene pobres y subdesarrollados y viviendo
vergonzosamente de nuestros recursos naturales que cuando se agoten será la
hecatombe.
La única salida son las nuevas agrupaciones políticas. Pero
aunque parezca mentira ya las viejas que nos defraudaron ya tomaron sus
precauciones, ¡claro que sí! Si bien las
últimas encuestas nos dan a conocer que
los partidos con mayor desaprobación son el Apra, Fujimorismo y PPC, que tienen ínfulas de ser los mejor
organizados, en los últimos tiempos han
dado leyes para impedir la inscripción
de nuevos partidos al haber incrementado el número de firmas necesarias para su
inscripción. Con este atentado criminal que
los viejos partidos han consumado
contra la democracia nos están condenando a que siempre estaremos gobernados por ellos o sus amigos, a pesar
que son los responsables solidarios del drama del Perú. Se supone que la ciudadanía no se quedará con los
brazos cruzados
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