ESTUDIAR O MORIR,ALTERNATIVA DEL TERCER MUNDO.
De Miguel Campos Arredondo, 21 de octubre del 2012. LIma-Perú.
Hoy, todo habitante de nación subdesarrollada que no tiene oficio o
profesión, está condenado a la miseria y es candidato a ser mendigo
mañana.
Esta cruda y dolorosa realidad, obliga tanto a los gobernantes
como a los jóvenes de los países pobres, la adopción de medidas de
emergencia. El Estado debe concurrir instaurando una irrestricta
democracia educativa; mientras que los jóvenes deben estudiar
conscientemente, aprovechando al máximo las facilidades disponibles,
pues solo con la educación se asegura una auténtica realización como
persona humana, el propio bienestar, el de los seres queridos y solo con
ella nos podemos convertir en forjadores del progreso patrio.
Tiene pues la vida asegurada, quien es mano de obra calificada. Y si hay temporadas en las que no se encuentra ocupación, a la corta o a la larga se consigue; sino en el país, renunciando a sentimentalismos, emigrando a naciones prósperas porque aquellas ofrecen más oportunidades. El dinero que se gane en lontananza, de todas maneras vendrá al país para crear empresas y fuentes de trabajo para otros compatriotas, pues siempre estará vigente la frase “la cabra tira al monte”. La nación Israelí es un bello ejemplo. Llegan allí capitales y aportes de los connacionales diseminados en diversas partes del orbe y como consecuencia maravillosa y lógica, hoy vemos a esa nación convirtiéndose – a despecho de su pequeño territorio y su hostil colindancia – en una potencia mundial.
Los problemas de los países pobres se agudizan porque las naciones desarrolladas, superando cada día su tecnología, fabrican en mayor medida sofisticadas maquinarias, como es el caso de los robots, con lo cual en un futuro no lejano estarán condenados a más desocupación y miseria si los gobiernos no toman las providencias del caso.
Los gobernantes tercermundistas como Perú insensatamente confían demasiado los ingresos a los recursos naturales, y ¿qué ocurrirá cuando éstos se agoten, si hasta entonces no contamos con hombres preparados para la vida en cualquier frente?. Un ser humano con cultura y ciencia en el cerebro, hasta de piedras crea riqueza, mientras que los millones que se ponga en manos de un analfabeto, irremediablemente serán derrochados.
Aún se recuerda la más importante conclusión, a la que llegaron cuatro ex-ministros de educación peruanos, en un programa de TV.: “EL PERÚ DEBE INVERTIR EN EDUCACION, LO QUE TIENE Y LO QUE NO TIENE, SI DESEA PROSPERAR”. Y hoy aquello, hay que hacerlo realidad; y si algún día se nos imputara haber “colgado” al país, bien “colgados” estaremos, si esos fondos se emplearon para llevar la luz del saber al cerebro de los hombres, pues la inversión más productiva es la que se hace en el ser humano y con mayor razón en su educación.
Lamentablemente en el Perú se ha inferido golpes mortales a la educación, a la que hoy vemos convertida en la cenicienta de las infraestructuras del país y su abandono es precursor de todos los males que nos afligen. Facilidades que antes se daba, hoy han desaparecido, lo cual es grave si se considera que el Perú es cada día más dependiente y subdesarrollado y las mayorías viven afligidas por la miseria. Antes se facilitaba a los estudiantes algunos útiles escolares, desayuno con agregado vitamínico; existía internados estrictamente gratuitos como lo era el Colegio Nuestra Señora de Guadalupe. Esas facilidades pocas pero valiosas, han desaparecido.Se ha suprimido de la currícula de estudios cursos muy importantes como el de Educación Familiar, Educación Cívica, Instrucción Pre Militar, Educación Física y otros. También desaparecieron temerariamente la Educación Secundaria Industrial y Comercial que daban a los egresados de la secundaria la oportunidad de trabajar de inmediato, lo cual no es posible ahora a los jóvenes que concluyen la secundaria. La reimplantación de esos cursos y especialidades es urgente y aparte de todo eso saludable sería incluir también el curso de Administración de Empresas porque ancestralmente sufrimos de una aguda crisis de administración en la función pública. Hasta hoy, mayormente llegó al poder de los países pobres como el nuestro, gente no idónea y como era de esperarse las consecuencias han sido nefastas. Un hogar, un municipio, un ministerio y el Estado mismo son empresas y para gobernarlas eficientemente hay que tener capacidad administrativa basta. Hay que hacerlo también para que nunca más nuestros gobernantes y Congresistas cuando ocupen sus cargos vayan, como ahora, a improvisar y a tratar a los peruanos como simples animalillos de laboratorio para ensayar sus improvisadas teorías que siempre fracasan y por eso estamos así como país con el calificativo de subdesarrollado y con la mayoría de peruanos en la pobreza y el 25% en extrema pobreza a cuyas mesas no llega el pan de cada día.
Calificar la mano de obra, no solo será beneficioso para el trabajador, que por supuesto recibirá un mejor sueldo, también lo será para el empresario porque venderá productos o servicios de mejor calidad que serán mejor recompensados económicamente. Por supuesto que también el Estado obtendrá mayores beneficios porque recibirá mayores aportes como impuestos, y donativos de mayor envergadura de las empresas que verán a los gobernantes como amigos y colaboradores y no los inquisidores y verdugos de hoy.
Ahora, por la carestía de la vida la educación se va convirtiendo en un lujo que para los jóvenes de los estratos populares es difícil alcanzar, situación que se complicará progresivamente; y dentro de poco si no se adoptan medidas de emergencia la posibilidad será nula y por tanto no podemos permanecer indiferentes ante el avance vertiginoso de las naciones desarrolladas, pues la brecha que de aquellas nos separa se torna cada día más amplia y más profunda. Es indiscutible que solo la educación salva distancias entre ricos y pobres y entre naciones desarrolladas y tercermundistas. Si al padre de familia por falta de dinero ya no es posible instruir al hijo debe ser el Estado el que asuma esa responsabilidad, porque gobernar es servir y hacerlo preferentemente al más necesitado. Y si el populismo es necesario hay que hacerlo dando educación a todos y capacitarlos para el trabajo y no limitarse al reparto de alimentos y propinas lo cual solo se justifica en estados de emergencia, pero hacerlo permanentemente es actitud irresponsable pues la experiencia ha demostrado que fomenta el parasitismo social.
“SI DAS PESCADO ALGUIEN EL COMERA ESE DIA; PERO SI LE ENSEÑAS A PESCAR, COMERAN SIEMPRE EL Y LOS SUYOS”, reza una sabia frase. Ese es el milagro que realiza la educación en manos del hombre, porque se ha convertido en el arma más poderosa en la lucha por una completa liberación. Si bien un gran líder dijo hace algunas décadas: “PROLETARIOS DEL MUNDO, UNIOS”, en una etapa en que la patronal ejercía una gama de atropellos contra el gentío laboral, el cual hoy tanto en la órbita del capitalismo privado como en la del estatal ha logrado sus justas demandas, se imponen nuevas fórmulas para avanzar porque el dominio del hombre ya rebasó los confines de la tierra. La búsqueda del bienestar de los seres humanos que moran en las naciones retrasadas y en el caso nuestro a despecho de nuestra pródiga geografía, obliga a quienes hemos tenido la oportunidad de conocer la causa de nuestra pobreza y subdesarrollo, a exclamar como voz de alarma ¡PUEBLOS DEL TERCER MUNDO, INSTRUIOS
Tiene pues la vida asegurada, quien es mano de obra calificada. Y si hay temporadas en las que no se encuentra ocupación, a la corta o a la larga se consigue; sino en el país, renunciando a sentimentalismos, emigrando a naciones prósperas porque aquellas ofrecen más oportunidades. El dinero que se gane en lontananza, de todas maneras vendrá al país para crear empresas y fuentes de trabajo para otros compatriotas, pues siempre estará vigente la frase “la cabra tira al monte”. La nación Israelí es un bello ejemplo. Llegan allí capitales y aportes de los connacionales diseminados en diversas partes del orbe y como consecuencia maravillosa y lógica, hoy vemos a esa nación convirtiéndose – a despecho de su pequeño territorio y su hostil colindancia – en una potencia mundial.
Los problemas de los países pobres se agudizan porque las naciones desarrolladas, superando cada día su tecnología, fabrican en mayor medida sofisticadas maquinarias, como es el caso de los robots, con lo cual en un futuro no lejano estarán condenados a más desocupación y miseria si los gobiernos no toman las providencias del caso.
Los gobernantes tercermundistas como Perú insensatamente confían demasiado los ingresos a los recursos naturales, y ¿qué ocurrirá cuando éstos se agoten, si hasta entonces no contamos con hombres preparados para la vida en cualquier frente?. Un ser humano con cultura y ciencia en el cerebro, hasta de piedras crea riqueza, mientras que los millones que se ponga en manos de un analfabeto, irremediablemente serán derrochados.
Aún se recuerda la más importante conclusión, a la que llegaron cuatro ex-ministros de educación peruanos, en un programa de TV.: “EL PERÚ DEBE INVERTIR EN EDUCACION, LO QUE TIENE Y LO QUE NO TIENE, SI DESEA PROSPERAR”. Y hoy aquello, hay que hacerlo realidad; y si algún día se nos imputara haber “colgado” al país, bien “colgados” estaremos, si esos fondos se emplearon para llevar la luz del saber al cerebro de los hombres, pues la inversión más productiva es la que se hace en el ser humano y con mayor razón en su educación.
Lamentablemente en el Perú se ha inferido golpes mortales a la educación, a la que hoy vemos convertida en la cenicienta de las infraestructuras del país y su abandono es precursor de todos los males que nos afligen. Facilidades que antes se daba, hoy han desaparecido, lo cual es grave si se considera que el Perú es cada día más dependiente y subdesarrollado y las mayorías viven afligidas por la miseria. Antes se facilitaba a los estudiantes algunos útiles escolares, desayuno con agregado vitamínico; existía internados estrictamente gratuitos como lo era el Colegio Nuestra Señora de Guadalupe. Esas facilidades pocas pero valiosas, han desaparecido.Se ha suprimido de la currícula de estudios cursos muy importantes como el de Educación Familiar, Educación Cívica, Instrucción Pre Militar, Educación Física y otros. También desaparecieron temerariamente la Educación Secundaria Industrial y Comercial que daban a los egresados de la secundaria la oportunidad de trabajar de inmediato, lo cual no es posible ahora a los jóvenes que concluyen la secundaria. La reimplantación de esos cursos y especialidades es urgente y aparte de todo eso saludable sería incluir también el curso de Administración de Empresas porque ancestralmente sufrimos de una aguda crisis de administración en la función pública. Hasta hoy, mayormente llegó al poder de los países pobres como el nuestro, gente no idónea y como era de esperarse las consecuencias han sido nefastas. Un hogar, un municipio, un ministerio y el Estado mismo son empresas y para gobernarlas eficientemente hay que tener capacidad administrativa basta. Hay que hacerlo también para que nunca más nuestros gobernantes y Congresistas cuando ocupen sus cargos vayan, como ahora, a improvisar y a tratar a los peruanos como simples animalillos de laboratorio para ensayar sus improvisadas teorías que siempre fracasan y por eso estamos así como país con el calificativo de subdesarrollado y con la mayoría de peruanos en la pobreza y el 25% en extrema pobreza a cuyas mesas no llega el pan de cada día.
Calificar la mano de obra, no solo será beneficioso para el trabajador, que por supuesto recibirá un mejor sueldo, también lo será para el empresario porque venderá productos o servicios de mejor calidad que serán mejor recompensados económicamente. Por supuesto que también el Estado obtendrá mayores beneficios porque recibirá mayores aportes como impuestos, y donativos de mayor envergadura de las empresas que verán a los gobernantes como amigos y colaboradores y no los inquisidores y verdugos de hoy.
Ahora, por la carestía de la vida la educación se va convirtiendo en un lujo que para los jóvenes de los estratos populares es difícil alcanzar, situación que se complicará progresivamente; y dentro de poco si no se adoptan medidas de emergencia la posibilidad será nula y por tanto no podemos permanecer indiferentes ante el avance vertiginoso de las naciones desarrolladas, pues la brecha que de aquellas nos separa se torna cada día más amplia y más profunda. Es indiscutible que solo la educación salva distancias entre ricos y pobres y entre naciones desarrolladas y tercermundistas. Si al padre de familia por falta de dinero ya no es posible instruir al hijo debe ser el Estado el que asuma esa responsabilidad, porque gobernar es servir y hacerlo preferentemente al más necesitado. Y si el populismo es necesario hay que hacerlo dando educación a todos y capacitarlos para el trabajo y no limitarse al reparto de alimentos y propinas lo cual solo se justifica en estados de emergencia, pero hacerlo permanentemente es actitud irresponsable pues la experiencia ha demostrado que fomenta el parasitismo social.
“SI DAS PESCADO ALGUIEN EL COMERA ESE DIA; PERO SI LE ENSEÑAS A PESCAR, COMERAN SIEMPRE EL Y LOS SUYOS”, reza una sabia frase. Ese es el milagro que realiza la educación en manos del hombre, porque se ha convertido en el arma más poderosa en la lucha por una completa liberación. Si bien un gran líder dijo hace algunas décadas: “PROLETARIOS DEL MUNDO, UNIOS”, en una etapa en que la patronal ejercía una gama de atropellos contra el gentío laboral, el cual hoy tanto en la órbita del capitalismo privado como en la del estatal ha logrado sus justas demandas, se imponen nuevas fórmulas para avanzar porque el dominio del hombre ya rebasó los confines de la tierra. La búsqueda del bienestar de los seres humanos que moran en las naciones retrasadas y en el caso nuestro a despecho de nuestra pródiga geografía, obliga a quienes hemos tenido la oportunidad de conocer la causa de nuestra pobreza y subdesarrollo, a exclamar como voz de alarma ¡PUEBLOS DEL TERCER MUNDO, INSTRUIOS
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