sábado, 17 de febrero de 2018




EDICIÓN 083
Lima Perú, 18 de febrero, del 2018

EDITORIAL

 URGE UNA NUEVA CONSTITUCIÓN PERUANA.

La fórmula infalible para lograr la prosperidad de los países y el bienestar y libertad de los seres humanos es capacitando a todos para el trabajo (educación), apoyando a las empresas privadas nacionales y propiciando la creación de nuevas porque son las más importantes fuentes de trabajo permanente. Pero eso no se hace aquí en Perú ni en todos los países retrasados del mundo.
Para eso necesitamos tener en el gobierno y parlamento a los ciudadanos más calificados, experimentados y justos, elegidos en competencias electorales transparentes, equitativas y democráticas, y no en los simulacros electorales que estamos acostumbrados a presenciar cada cuatro o cinco años aquí en Perú, en los que el dinero termina siempre convertido en el gran elector. Pero eso será viable si contamos con una nueva Constitución pero elaborada por los ciudadanos que posean las cualidades aludidas, desvinculados totalmente de nuestro pasado vergonzoso y deprimente, porque de lo que se trata es de lograr el cambio. 


Por eso considero que el mejor  obsequio que hoy puede hacer el presidente Kusinsky a todos los peruanos es apelar al patriotismo de los miembros de los Colegios profesionales e instituciones identificadas con el servicio a la comunidad para que en aras del interés patrio se sirvan  elaborar el respectivo Proyecto de nueva Constitución, el cual al ser  llevado a referéndum  se convertiría en nuestra mejor Carta Magna de todos los tiempos e instrumento decisivo de progreso. Digo esto consciente de que en tales importantes instituciones abunda gente virtuosa y muy culta, que ha vivido en carne propia el drama social, dispuesta a dar lo mejor de sí por el país y hasta quizá sin cobrar honorarios, como sí lo hicieron en el pasado los autores de esa especie de “libro rosa” que en Perú se llama Constitución. Sus delegados se elegirían  en elecciones democráticas entre todos los miembros de la orden y con la recomendación que sean los más idóneos, experimentados, justos y patriotas. La amarga experiencia de todos los años de vida republicana nos obliga a descartar de plano la usanza tradicional, porque en ese caso nuevamente el poder económico y los grupos políticos que han perjudicado al país pondrían a sus representantes en el Congreso Constituyente y la nueva Carta Magna terminaría siendo solo una réplica de las anteriores.
Solo entonces todos los peruanos tendríamos garantizados nuestros derechos y  el desarrollo Nacional y  bienestar real y permanente de todos serían concretas realidades y con sobradas razones el Perú progresaría y se haría acreedor del respeto de la comunidad internacional, porque algo diferente no podemos esperar de la flor y nata de nuestra ciudadanía.
Sólo entonces veríamos a los empresarios trabajando confiados, produciendo bienes y servicios de alta calidad tanto para el consumo interno como para la exportación, generando sanas divisas y puestos de trabajo permanentes y bien remunerados para nuestros desocupados y aportando gustosos y puntualmente al Estado para que éste cumpla su función original de servir a la comunidad, sin necesidad de apelar a los esclavizantes préstamos internacionales. Solo entonces también diríamos  adiós a la informalidad, pobreza, protestas sociales y violencia, y a la corrupción pública que se agigantó en los últimos tiempos.
Habría recursos suficientes para que el Estado cumpla su labor social, empezando por hacerse cargo de la educación integral de todos los niños y jóvenes pobres del Perú hasta  que tengan oficio o profesión. Nuestros jóvenes técnicos o profesionales si deciden trabajar en una empresa tendrían más posibilidad de contar con un seguro y si optan por convertirse en empresarios tendrán un Estado  colaborador con créditos blandos, ayuda técnica permanente  y mercados seguros para  sus productos o servicios. La salud pública estaría a buen recaudo al igual que nuestra seguridad interna y  soberanía. La justicia sería oportuna y transparente. Las elecciones serían justas y transparentes y en ellas resultarían elegidos  nuestros compatriotas más experimentados y justos. Estaríamos bien informados porque existiría una auténtica libertad de prensa, el periodismo sería un factor de desarrollo porque renunciaría a ser cómplice y mero hipotecado a los gobiernos de turno por el discutible interés de la publicidad estatal.
Por fin tendríamos razones suficientes para decir que en el Perú el Estado sí cumple, quedando solo para el recuerdo las penurias y privaciones de una oscura noche que aquí duró cerca de 200 años de vida supuestamente independiente.


HACIENDO PATRIA.


-Antes de pensar en el justo incremento de la remuneración mínima vital para los trabajadores, el parlamento debe dar una ley de franco apoyo a las empresas privadas, porque son "la gallina de los huevos de oro" en toda nación realmente desarrollada y libre. Aquí lamentablemente nuestras empresas privadas, especialmente las pequeñas y medianas son ,pateadas y atormentadas cotidianamente por la SUNAT y municipios en diversas formas, a veces hasta quebrar. Solo con esa nueva ley nuestras empresas tendrán más capacidad para pagar mejores sueldos a los señores trabajadores. Si no lo hacen, nuestros congresistas siguen siendo los demagogos e irresponsables de siempre.




-Si el Estado se preocupara por dar educación integral a todos los peruanos  como se hace en Argentina y todas las naciones más desarrolladas del mundo hoy no estaríamos interesados en que se eleve el sueldo mínimo que es de hambre y con facilidad surgirían más empresarios. Pero como aquí a gobernantes y representantes no les preocupa educar a todos porque temen quedarse sin sus tontos electores, dicen estar preocupados por elevar el sueldo mínimo.





-Por lógica hoy coinciden gobierno y parlamento contra las decisiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Y no debe extrañarnos porque esa institución desde hace mucho tiempo abiertamente respalda las peticiones de ciudadanos comunistas enemigos jurados del sistema en que vivimos con libertad, y desoye las de quienes no lo son. Es una aberración jurídica creer que el caso del Frontón es de lessa humanidad, cuando los peruanos vimos que policía con grandes parlantes en mano rogaban a los subversivos que no malogren la imagen del Perú porque aquí se estaba realizando la reunión de la Tercera Internacional Socialista de la cual era miembro el partido de gobierno; y los beligerantes respondían  con ráfagas y dinamitazos. Y sin embargo la Corte pretende revivir este caso que ya es cosa juzgada y para colmo quiere encarcelar a los policías y militares que arriesgaron la vida para protegernos del terrorismo y peor aún nos está haciendo pagar a quienes arruinaron al país.




Revisando nuestra historia...

                        



"FUJIMORI EL CAMBIO, SAN ROMAN EL                                               CONTINUISMO"
         
(Publicado en el diario oficial EL PERUANO  el 20 de abril de 1992 y  en el libro "La Historia se repite" pags. 45, 46 y 47 )

Escribe: Miguel Campos Arredondo

A quienes consta el abrumador respaldo que la ciudadanía peruana brindó a las decisiones del Presidente Fujimori, al disolver el parlamento, reorganizar el poder judicial y la Contraloría; así como la redacción de una nueva Constitución, mucho nos extraña que algunos perua­nos, urgidos por la necesidad de poder o dinero –afirmando lo contrario–, tratan de malograr la imagen del Perú en el exterior y de sembrar el cáos interno.

El Ingeniero Alberto Fujimori es el Presidente Constitucional de la República, porque fue elegido en base a la Constitución vigen­te y si la rebasó fue en procura del bien común, pues ella constituía una traba para el desarrollo y para resolver algunos agudos problemas del país. De allí, que en forma reiterada, líderes de diversas agrupaciones políticas habían ya sugerido su modificación.

Y si de violación de la carta magna se trata, no hay que olvidar que sus autores la transgredieron reiteradamente y no precisamente en función social. Se la violó desde su primer artículo, pues al parecer no es la persona humana sino el parlamento el fin supremo de la sociedad y el Estado peruanos. Mientras la persona humana o para ser mas claros, los 22 millones de peruanos, en inmensa mayoría sufren los estragos de la miseria, los parlamentarios ganan sueldos millonarios y en dólares, por un trabajo improductivo. Sabotearon a los gobiernos de turno que no contaron, como ahora, con mayoría congresista o hicieron papel de marionetas cómplices cuando la tuvieron.

Incumplen también la Constitución los  parlamentarios, cuando a sabiendas que casi el 30% de estudiantes han dejado de ir al colegio por falta de dinero, sorda e insensible, guardan silencio cóm­plice, sin importarles para nada el futuro de la patria son ajenos al dolor de nuestra población y tuvieron el coraje de hacerse pagar sumas exageradas por escolaridad, aún sin tener hijos.

Violan también la Constitución los parlamentarios cuando contrariándola nos entregan cada año un Presupuesto Nacional desfinanciado (Y últimamente  han negado al Presidente de la República el  derecho de observarlo), cuando sin que haya aumento del producto bruto interno se incrementan sus ya altos sueldos, cuando permiten que sus colegas postulen también a las alcaldías y ocupen rectorados para ganar dinero estatal por partida doble. Nuevamente violaron la Constitución cuando se abordó la Regionalización, seccionando departamentos, sobrepasando el número de regiones o pisoteando las tradiciones, costumbres e intereses de los pueblos y a pesar de ello nunca se les privó de su esencia constitucional. Y así, puedo seguir señalando mas casos en que se atropelló la carta magna.

La oposición debe hacerse un profundo examen de conciencia, porque la ciudadanía percibió el sabotaje sistemático que hacía a la obra del actual gobierno. ¿Acaso muchos compatriotas, constatando la agudización de algunos problemas del país, no llegaron a simpatizar con un golpe de Estado a la manera tradicional (lo cual no ha ocurrido) o a decir "aquí en Perú necesitamos un Pinochet"?

Algunos líderes políticos se abanderan hoy con la discutible “democracia” a pesar que aquí las elecciones son siempre farsas en las que "triunfan" los que gastan mas dinero en las campañas electorales, aunque poco o nada tengan que ver con los sectores populares; por eso extraña mucho que déspotas y tiranos de ayer, que también a su turno violaron la Constitución y atentaron contra nuestra endeble democracia, se han tor­nado en sus defensores.

Si bien la problemática económica ya empezaba a mejorar por las  medidas dispuestas por el gobierno, bajando la infla­ción de 3000 a 135% anual; el narcotráfico y la violencia aumen­taron por la complicidad y cobardía del parlamento. Increíble pero cierto, el Congreso derogó un decreto gubernamental que sanciona­ba drásticamente a los implicados en el "lavado" de dólares del narcotráfico.
Toda medida que el gobierno tomó para aumentar los ingresos fiscales para hacer obra social, fue de inmediato derogada por los legisladores. Tal destino tuvieron tanto el impuesto de SOLIDARI­DAD que iba a ser pagado por los que ganan más de 500 soles, como el que obligaba a los solteros sin carga familiar que ganan por arriba de 260 soles al mes. El Congreso fomentaba la irresponsabi­lidad y el desequilibrio fiscal e impedía el ejercicio de la solida­ridad entre los peruanos, a pesar que el máximo dirigente del Fon­do Monetario Internacional en su última visita a Lima nos dijo que "no podemos esperar la solidaridad internacional, sinó somos solidarios con nosotros mismos". Esta cerrada y demagógica oposición, llevó al gobierno a plantear el incremento del IGV (Impuesto General a las Ventas), que al afectar a ciertos alimentos motivó la justa protesta popular.

El parlamento últimamente se aprestaba a censurar al Ministro de Encomia y a restringir las facultades del Presidente de la República, con lo que éste quedaba maniatado y a merced de la dic­tadura parlamentaria, siendo inminente el rebrote hiperinflacionario y todo por obra y gracia del Congreso.

Por otra parte, los legisladores para incrementar su fortuna personal, se habían incluido en el régimen de la CEDULA VIVA, una ley, hecha en principio en favor de los  trabajadores de los ministerios, que les permitía jubilarse con el último sueldo. Nuestros mal llamados “padres de la Patria", para asegurar su futuro económico se incluyeron en ese régimen y se jubilaban con el último sueldo, el millonario sueldo de parlamentario; en el que también con la venia de los congresistas se incluyeron muchos burócratas de las em­presas "públicas” deficitarias; que al igual que los representantes se jubilan con sueldos que oscilan entre 3000 y 6000 dólares, mien­tras que los trabajadores ministeriales y maestros lo hacen con 100 dólares. Y así decían defender la JUSTICIA SOCIAL.

El pueblo peruano, testigo presencial de éstos hechos, impotente ante el negativo desempeño del Congreso de la República, hoy res­palda al Ingeniero Fujimori; pero es preciso que el mandatario en un plazo prudencial factibilise el retorno a la legalidad. Conside­ro que 10 meses es tiempo suficiente para tener una nueva Constitución, igualmente nuevos representantes, los que en todo caso deben ser IDONEOS, HONRADOS, TRABAJADORES Y PATRIOTAS y renovados por tercios.

A los descontentos, aquellos compatriotas que han hecho de la política un medio de vida y de la defraudación de las expectati­vas populares un vergonzoso oficio y que contrariando la voluntad ciudadana se aglutinan en torne al Vice- presidente San Román del cual quieren hacer Presidente de la República, hay que sugerirles que no se olviden del Perú. La Constitución no es una Biblia, sino un libro imperfecto redactado por partidos dogmáticos y obsoletos, responsables solidarios de la debacle nacional Yo conozco a ambos porque en algunas oportunidades los he tratado y puedo afirmar que el Ingeniero Fujimori significa el cambio y el Ingeniero San Román el continuismo.

NOTA: Este artículo fue publicado en el diario “El Peruano”. Al ser elegido  Presidente el Ing, Fujimori, sin mayoría congresista, la oposición preparaba su caída.
  

HOMENAJE A TACNA, LA CIUDAD HEROICA
 









TACNA, ATALAYA  GLORIOSA


Tacna, tierra heroica, crisol de patriotismo
Incontrastable cuna de almas valerosas
Que en los infaustos días que el vecino ambicioso
 Asoló nuestro suelo con infame codicia,
Supiste dar el pecho, tu vida y tu sangre.
De Grau y  Bolognesi te convertiste entonces
En diligente acólito que al altar de la patria,
llevaste en dulce ofrenda disciplinadamente
Tus flores en capullo, tu brava juventud
¡Tu vida y tu sangre!
Al Perú le brindaste el favor infinito
De haber velado siempre sin pausa ni desmayo
Como un gendarme ¡alerta!, ¡atalaya gloriosa ¡
Con el sublime anhelo de vivir siempre en paz,
Con honra y dignidad
Y regresaste al seno de la patria querida
Por el amor sublime que siempre demostraste
Y que nada ni nadie evitarlo  podía,  porque lleva impreso
Como joyas preciosas la dignidad de Ugarte,
Valor de Bolognesi y altruismo de  Grau.
Esa amarga experiencia jamás tendrá retorno,
Sabremos dar de baja a la improvisación,
Con unión que acrisole nuestros caros anhelos
Siempre estaremos listos porque aspiramos paz.
¡VIVA TACNA!, ¡VIVA EL PERÚ GENEROSO!
                                                            
                  Miguel Campos Arredondo




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