viernes, 7 de junio de 2013




PERIÓDICO DEL AIRE
NÚMERO  29
LIMA-PERU, 8 de junio, del 2013.
REPONSABLE:DR MIGUEL CAMPOS ARREDONDO

 "EDUCACIÓN ES LIBERACIÓN"
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RAZONES PARA UNA NUEVA CONSTITUCIÓN
           Cuando una institución  cualquiera no “camina” puede deberse a que su Estatuto no se cumple, necesita mejoras o debe cambiarse totalmente, y el Estatuto de un país es su Constitución. De la lectura  de la nuestra y conociendo la realidad nacional se deduce  que “no va” con el desarrollo que Perú merece porque además de obsoleta y  regresionista,  es una suerte de Celestina para que nuestro país permanezca estancado o  retrase más, lo cual no está en armonía con una época en la que avanzar es una urgente necesidad por el  formidable adelanto cotidiano de la ciencia y la tecnología que están  haciendo posible  que la brecha entre países  desarrollados y pobres  se torne cada día más amplia y más profunda. La prueba de nuestro retraso  es la pobreza que aquí se genera por una mala educación, salud, justicia  y falta de trabajo y seguridad, para empezar.
        Y si nuestro objetivo es tener una mejor Constitución sería  bueno aprovechar la experiencia  de las naciones más desarrolladas del mundo porque lo bueno se aprende e imita y con mayor razón si es para bien de toda una nación. La historia de la humanidad está colmada de lecciones hermosas y positivas  que los países  en vías de desarrollo como  el Perú deben aprovechar renunciando  al siempre discutible nacionalismo. Pero eso no se hizo aquí posiblemente porque  la incompetencia, irresponsabilidad o siniestros intereses de nuestros gobernantes y representantes prevalecieron. Por eso no avanzamos y se nos consuela diciendo que “crecemos”, claro, porque se está rematando y subastando nuestros recursos naturales que cuando se agoten, si no hay un cambio racional  ahora, será  el holocausto.
            Las naciones más desarrolladas del mundo siempre fueron gobernadas por ciudadanos capaces, honorables, serviciales y patriotas, regidos por constituciones perdurables y con artículos que permitían que  todos los ciudadanos pudieran llegar al gobierno para convertirse en pioneros del desarrollo. La Constitución de los Estados Unidos, por ejemplo, tiene más  de 200 años y  fue  redactada por hombres con las cualidades aludidas bajo el comando del gran Thomas Jefferson, teniéndose en cuenta únicamente el interés nacional. De no ser por ellos hoy hablaríamos de una nación pobre, subdesarrollada, saqueada, endeudada e integrada mayormente por seres humanos pauperizados e infelices como el Perú actual; a despecho de las  ingentes riquezas  naturales que poseemos.
            Leer nuestra historia avergüenza y desengaña. Hemos tenido catorce Constituciones, posiblemente porque los gobernantes huérfanos de patriotismo, hicieron una a su medida para eternizarse en el poder, lucrar, tener una ciudadanía sojuzgada y manejable y soslayando irresponsablemente el rol social del Estado. Nos impusieron una “institucionalidad” y “estado de derecho” que impedía la insurgencia de los movimientos progresistas, sin  importar para nada el real avance del país y eso aún se  continúa dando porque cada vez se pone más trabas para la inscripción de los nuevos grupos políticos a sabiendas que los tradicionales son los responsables directos de la desdicha del Perú.
               Personajes conocidos como “demócratas” sólo fueron ciudadanos respetables que a su estilo también avasallaron a la ciudadanía y sin resolver integralmente sus  crónicos problemas como: educación, salud, justicia y seguridad. En cuanta conflagración bélica hemos participado casi siempre nos tocó la peor parte por la desidia, imprevisión e incompetencia de nuestros  gobernantes, marcadas solo por honrosas y ejemplares  actitudes de heroísmo como las de Grau y Bolognesi. Hemos perdido gran parte de nuestro territorio como posiblemente hoy sigue ocurriendo por la torpeza e ingenuidad de nuestras autoridades. Hoy, en vez de ser un país próspero, habitado por seres humanos felices, que debe ser la aspiración de todo buen gobernante y porque tenemos mucho para hacerlo realidad, somos un país con una población de la cual más del 50% es pobre y  alrededor del 25% extremadamente pobre, con una caja fiscal endeble que no atiende debidamente a la ciudadanía ni abona haberes dignos a los trabajadores del Estado como maestros, médicos y policías, porque no se hace una administración científica del Estado pues la improvisación sigue vigente. Claro que el favoritismo y  dispendio también siguen  vigentes  porque se paga “fuerte”   a los mercantilistas  que buscan el poder para acumular fortuna personal aunque no estén  debidamente capacitados para ejercer los cargos como también a los funcionarios  “talentosos”  y ”eminentes” que desempeñan el triste papel de frenos rentados del país.
            A pesar que la empresa privada nacional cumple un importante rol social porque es la más importante  fuente de puestos de trabajo permanente, aportes al Estado y sanas divisas no se la atiende como en otras latitudes. Nuestras leyes por improvisadas son cambiantes y la desconfianza es una constante entre nuestros empresarios quienes seguro que por eso temen poner en planilla a sus trabajadores, lo cual será razón  para que mañana, si no hay un cambio racional ahora, estaremos colmados de ancianos carentes de seguridad social que tendrán que elegir entre la mendicidad o el suicidio y todo  a pesar que el primer artículo de nuestra Constitución expresa que ES LA PERSONA HUMANA EL FIN SUPREMO DEL ESTADO.  Aquí lamentablemente los ingresos del Estado provienen fundamentalmente de los préstamos internacionales que esclavizan al país y del alza del precio de la gasolina y servicios esenciales, lo cual atenta  rudamente contra la economía popular.  En vez de  tratar a nuestras empresas como amigos por la valiosa función social que desempeñan al dar trabajo a la gente, gobierno central y municipios son sus inquisidores y verdugos y las atormentan  y agravian inmisericordemente y de  diversas formas: fuertes cobros por licencia de funcionamiento, altas tarifas de servicios esenciales, cobros indebidos y abusivos por publicidad, demanda de coimas, clausura de locales,  multas, embargos y remates de sus equipos y retención   de sus fondos bancarios. Y  siempre con las  amenazas  de  hacerlo público para malograrles  su crédito. Por eso quiebran o ven incrementados  sus costos y pierden capacidad de competir con las empresas extranjeras que resultaron harto favorecidas con los  TLCs. que indiscriminadamente  se siguen concretando. A parte de eso  se tolera el contrabando y favorece a los  monopolios lo cual constituye  un grave atentado  y competencia desleal para las empresas nacionales. No se les brinda asesoría, ayuda técnica y crediticia, ni busca mercados para sus productos, tal como se hace en las naciones realmente prósperas. Las únicas que preocupan a los gobiernos son las que financian sus campañas electorales y las de los amigos del régimen. Se les favorece de diversas formas como es el caso de las obras públicas  y otros servicios. También se apoya a las transnacionales con las que se concreta acuerdos discutibles, concediéndoles inmerecidos privilegios, incluso a veces no pagar impuestos. A las grandes empresas, que tienen fervorosos defensores en el Congreso de la República se les permite incluso pagar impuestos mediante innecesarios canjes, lo cual no se permite a las pequeñas.  
               Aquí  la corrupción está prácticamente  oficializada por causa de una discutible y singular legislación que tenemos y que permite que luego de algunos años automáticamente prescriban los delitos de los funcionarios públicos que asaltan las arcas fiscales y  aún puedan volver a postular.
                  
              Vivimos tal estado de frustración que consideramos natural que la miseria y la desesperación se ensañen con nosotros cotidianamente, en tanto que en las  naciones desarrolladas la gente disfruta porque trabaja, el gobierno se preocupa por la educación, la salud y la seguridad no solo de los nacionales sino también de los extranjeros. Y eso aquí  solo será posible con una nueva Constitución que garantice los derechos de todos y cuando tengamos en el gobierno a nuestros mejores ciudadanos. Por eso también la población busca depender del Estado, los empresarios como clientes y los desocupados y mal pagados como empleados, lo cual es contraproducente y dura carga para el Estado. Aquí mayormente se hace política para el lucro personal, subsistir, pero no para servir al país. En las elecciones generales, municipales y últimamente regionales, en vez de gobernantes y representantes, elegimos –con raras excepciones- asaltantes, lo cual no ocurre en las naciones desarrolladas porque la gente puede seleccionar y elegir bien a sus autoridades y mayormente se despreocupa de la política porque atienden sus empresas o trabajan para alguna donde ganan bien porque están bien capacitados para trabajar. Pero aquí se nos obliga a votar sin duda para salvar apariencias y justificar   pírricos e inmerecidos  triunfos logrados  en  campañas electorales antidemocráticas y desiguales porque no todos los candidatos cuentan con las mismas facilidades para publicitarse. A  los “elegidos” tenemos que respetar y soportar durante varios años aunque arruinen al país y para colmo disfrutan de enormes sueldos e inmerecidos privilegios y hasta de una harto discutible inmunidad que les convierte en intocables, tal  como ocurre con nuestros improductivos congresistas, quienes para colmo, según la curiosa actual Constitución ni siquiera pueden renunciar  y "aunque  no quieran" tienen que seguir recibiendo el  exorbitante e inmerecido sueldo que ellos mismo se fijan. El trabajador más simple del Congreso de la República que siempre es del partido del gobierno o amigo del mismo, gana más que un rector de Universidad estatal,  según lo denunció  un destacado congresista y en cada  Navidad gobiernistas, congresistas y altos funcionarios  reciben  abultadas sumas de dinero en lo que  constituye un insulto a la gente humilde;  mientras que a maestros, médicos y policías  se les paga sueldos  irrisorias.
           
             Nuestros gobernantes y representantes al Congreso no son ciudadanos debidamente seleccionados. No se les exige documentos que acrediten que son personas competentes, honorables y patriotas, basta con ser peruanos de nacimiento y tener cierta edad y punto. Así de fácil, así de cierto y vergonzoso. Ni la Constitución ni la Ley Electoral demandan requisitos especiales a los candidatos y a pesar de eso los congresistas se hacen llamar los “Padres de la Patria”, lo cual parece temerario porque si bien los últimos tiempos llegaron al Congreso de la República algunos  ciudadanos honorables que  anhelaron hacer patria, los hechos demuestran que  la mayoría  fueron incompetentes, egoístas y desempleados que tomaron la política  como una brillante oportunidad para encontrar trabajo bien remunerado y de acumular fortuna con dinero del Estado y al ser elegidos, de incendiarios y   pseudo revolucionarios de ayer terminaron  siendo conservadores y fervientes defensores del sistema que antes  detestaban, a consecuencia de los exorbitantes sueldos que ellos mismos indebidamente  se asignan. Hace poco un ex presidente de la República  declaró, para justificar la incompetencia de  la alcaldesa de Lima,  que  también a él le ocurrió  lo mismo. Qué tal raza. En Perú se va al gobierno a aprender a gobernar. Por eso estamos rezagados y mientras eso ocurra  hablar de  crecimiento es utopía. De gobernantes y representantes con esas cualidades  nada bueno podemos esperar para el país porque  aparte de mercantilistas  a ultranza a ellos el hambre no les atormenta como a la mayoría y es natural que no tengan prisa alguna para resolver integralmente los problemas de la población limitándose a coincidir con el gobierno de turno cuando  solo prescribe paliativos  y calmantes para nuestros crónicos problemas, o ejerciendo un paternalismo que linda con el cumplido y la hipocresía, con tal de no dar solución integral  a los crónicos problemas que afligen a la población. Esto se explica porque una población pobre y desesperada es manejable y si se resuelve sus crónicos problemas los que hacen de la política un medio de vida se quedan sin electores. Se confirma así que la burla a la ciudadanía fue una constante durante toda nuestra historia, la cual   se vio favorecida por el bajo nivel cultural de la población. Terminaron elegidos falsos defensores y representantes de los cuales se desconocieron sus delitos  y fechorías porque creíamos en una prensa  desinformadora y mercantilista que nos decía que estábamos en el mejor de los mundos. Nuestros gobernantes cuando fueron candidatos nos decían  que luchaban por la justicia social, contra la pobreza, el abuso y la discriminación y siempre acabaron defraudándonos. Sus ofrecimientos fueron solo infalibles instrumentos de campaña electoral. El fracaso de su gestión, atribuyeron a instituciones y hasta a ciudadanos extranjeros, a pesar que siempre apelaron a la denigrante conducta de pedirles dinero prestado, que les sirvió fundamentalmente para el derroche y  enriquecimiento ilícito. Por eso hoy nuestra deuda externa es prácticamente impagable y  algunos de nuestros ex gobernantes dan  notorias muestras de riqueza.
              Aquí nadie fiscaliza cabalmente. El Congreso, la institución fiscalizadora por excelencia no cumple su función y casi siempre se limita a ser cómplice de los gobiernos de turno con más razón si la mayoría es gobiernista y de no ser así se concretan “acuerdos multipartidarios” con el pretexto de “salvar la democracia”, aunque solo sea para compartir “honores” y  ocultar errores y delitos, y para  auto asignarse sueldos inmerecidos y exorbitantes. La Contraloría General de la República, casi siempre está a cargo de amigos del Partido de gobierno. La prensa, salvo muy contadas y honrosas excepciones, permanece cautiva del régimen merced a los contratos de publicidad estatal, o porque pertenece a los amigos del gobierno. En ambos casos se atenta contra la libertad de expresión y la ciudadanía permanece  desinformada o en silencio porque carece de los medios económicos necesarios para hacerse escuchar. Y para colmo el DEFENSOR DEL PUEBLO que no es elegido por el pueblo sino por el Congreso de la República, con  muy raras excepciones es un personaje mediatizado y frio, posiblemente para  mantener   su abultado  y también  envidiable sueldo.
            Nuestros gobernantes y representantes casi siempre tuvieron complejo de mono porque  cuando  abordaron los problemas sociales  se fueron por las ramas. Se esmeraron  en resolver asuntos secundarios y descuidaron  los más apremiantes. La gente  quiere trabajo permanente, por ejemplo y en vez de implementar un programa nacional con ese objetivo como puede ser  fomentando la creación de nuevas empresas privadas  en todo el país, se empieza a resolver el problema del techo propio de unos cuantos. Si bien resultan favorecidas algunas empresas constructoras, los bancos y temporalmente algunos trabajadores, no se resuelve el problema del trabajo permanente. Y más aún, los supuestos favorecidos con viviendas pueden acabar perjudicados porque los precarios sueldos que reciben pueden no permitirles   cancelar sus deudas y existe el riesgo que  los bancos prestamistas les embarguen sus bienes o los de sus garantes en complicidad con el gobierno, que si bien no ayuda de manera efectiva a los pobres, a los pudientes y las grandes empresas brinda toda clase de  ayuda  y hasta dinero cuando se encuentran en falencia.
            Se afirma que la situación económica del país mejora porque los supermercados venden más, pero aquello es consecuencia de  las millonarias  campañas que realizan. Los precios temporalmente bajan  como todo monopolio, hasta que se arruinen los pequeños comerciantes. Son los viejos argumentos de ciudadanos que buscan el poder con siniestros fines sin considerar que lo más importantes es la vida de la gente y la vigencia de sus instituciones y empresas, y demuestra  también que  seguimos siendo tratados como simples animales de laboratorio para que ensayen  sus siniestras  e improvisadas teorías.
           Los congresistas modifican la Constitución casi siempre para consumar sus granjerías  pero no en función del interés social,  a pesar que no fueron elegidos para eso y que tampoco son  los ciudadanos calificados que el caso lo demanda.
            El jefe del régimen conocido como el “de la corrupción” nos dijo que tendríamos la mejor educación de América Latina y quien le sucedió agregó que le agradaría ser recordado como el PRESIDENTE DE LA EDUCACIÓN y sin embargo aquí la  educación continúa siendo  una cenicienta. Si los padres de familia no tienen  dinero sus hijos no van al colegio, ante la total indiferencia del gobierno. Hay temporadas en que nuestras universidades estatales están a punto de suspender las clases por falta de recursos y sin embargo se dice que crecemos, que somos la envidia de la región  y que es inminente nuestro ingreso al primer mundo, lo cual es harto discutible y hasta falso pues de lo que se trata es que hubo gobiernos que nos dejaron en el fondo  del abismo  como el primero del señor García Pérez  y como de vez en cuando ascendemos  algunos centímetros se dice que crecemos cuando más bien deberían decir que nos estamos  recuperando. No hay que olvidar  que   hace 60 años éramos  los terceros en América  latina solo después de Brasil y Argentina, ahora estamos entre los últimos y al parecer apenas superamos a Colombia.
             En el Perú, con el pretexto de libre información y libertad de prensa algunos medios informativos  continúan  haciendo tabla rasa de la moral pública y las buenas costumbres, atentando  criminalmente contra nuestros niños y jóvenes.    Aquí la corrupción está prácticamente oficializada porque los delitos que cometen nuestros malos gobernantes prescriben con el tiempo. Mientras un humilde ciudadano va a la cárcel varios años por hurtar minucias, de donde sale arruinado física y moralmente y su familia termina destruida,  un gobernante que hurta millones al Estado y perjudica a toda la nación se fuga al  extranjero, el asilo político lo protege, el tiempo lo declara inocente y vuelve a postular, prueba inobjetable  que Perú es un país donde abundan los inocentes presos y los delincuentes libres por la discutible autonomía que goza el Poder Judicial  convertido hoy en la entidad pública más corrupta del país y Perú también es un  país donde la  política no es una fuente  de servicios a la comunidad sino una forma grotesca de hacer fortuna con el dinero del Estado.
           ESTAS RAZONES  VERDADES E INCONTRASTABLES DEMUESTRAN QUE PERÚ, nuestra amada patria es un paciente que ve agravar su  mal cotidianamente, a pesar que tiene todo para sanarse y ser feliz a excepción de hijos buenos y agradecidos. Pero estamos a tiempo  de enrumbarlo  por la senda del progreso  y bienestar para todos los peruanos y eso   supone y demanda con suprema urgencia una nueva Constitución.
           UNA CONSTITUCIÓN QUE GARANTICE:
-Que los peruanos nacerán, vivirán y morirán con dignidad.
-Que los derechos de todos los peruanos serán respetados y  que asegure que el Estado cumplirá su rol social.
Que exija requisitos  muy especiales a los candidatos a la función pública desde concejal hasta Presidente de la Nación, como paso fundamental para implementar l a administración científica del Estado.
Que todos los candidatos tendrán las mismas facilidades para publicitarse.
Que obligue a los gobiernos salientes a rendir cuentas claras a los entrantes y se imponga las más drásticas sanciones  a los que delincan en el ejercicio  de la función pública.
Que la improvisación, incapacidad y deshonestidad jamás  tendrán cabida en la función pública.
Que la libertad, justicia y posibilidad de hacer empresa  esté al alcance de todos los peruanos.
Que el Estado se hará cargo de la educación de  todos  los estudiantes pobres del país hasta capacitarlos debidamente para el trabajo, y por supuesto  que eso tendrá que reglamentarse debidamente.
Que se apoyará permanentemente a las empresas nacionales brindándoles de manera especial a las pequeñas ayuda técnica y crediticia, asesoría permanente, búsqueda de mercados para sus productos y fomento de la unión entre las mismas en pro de la ayuda mutua.
Que nos haga olvidar las precariedades de ayer y hoy y  que nos  asegure que  nunca más  veremos  hombres  disputando  la basura con los perros , niños sin colegio o durmiéndose en el  aula por la desnutrición, sin lo necesario para estudiar o pidiendo limosna  en la calles, a nuestros jóvenes abandonando  el país  en busca de trabajo. Que tampoco veremos ancianos  abandonados a su suerte y al borde del suicidio, a  nuestras niñas prostituyéndose, y  la delincuencia, drogadicción e inseguridad  incrementándose.
Que nos permita cautelar y explotar nuestros recursos naturales en las mejores condiciones y fundamentalmente preservando el medio ambiento  y protegiendo nuestra agricultura.
Que  asegure una lucha frontal contra la corrupción en todas sus manifestaciones y que se sancionará con la máxima severidad  y ejemplarmente a  los funcionarios públicos que delincan, incluso a los jueces corruptos y prevaricadores, quienes deberán ser inhabilitados  de por vida  para  desempeñarse  en la función pública.
Que todos seremos iguales ante la ley y que se eliminará toda inmunidad  en los ciudadanos y  la autonomía en las entidades públicas sin excepción alguna.
Solo así tendremos una Constitución que nos garantice que ha llegado el momento de construir una patria próspera, respetable y segura , aquella  que  soñaron  Grau y Bolognesi y por la que gustosos ofrendaron sus preciadas vidas.
                La nueva Carta Magna  debe ser singular y no una réplica de las anteriores y por eso el Proyecto de la misma debe  ser obra  de  profesionales de indiscutible valía y patriotas pero no de congresistas partidarizados. Los delegados para la Asamblea Constituyente  serán elegidos  por votación universal en todos los  colegios profesionales del país quienes tendrán la responsabilidad de elaborar  el respectivo   Proyecto, que llevado a referendum se convertirá en la mejor Constitución de nuestra historia e instrumento muy valioso y efectivo  para concretar el  desarrollo nacional y el bienestar real y permanente de todos los peruanos de hoy y siempre.


 PRESIDENTE DEL PERÚ DENEGÓ INDULTO A                      FUJIMORI
 Es lamentable la negativa del Presidente Humala a la solicitud de indulto para el ex presidente Fujimori.. Es dificil comprender  de qué tendencia pueden ser sus asesores. Parece obra de sus enemigos porque solo ellos pueden estar interesados en su desprestigio personal y en el fracaso de su gobierno. Ojalá me equivoque pero creo que de aquí en adelante bajará ostensiblemente la aprobaciób ciudadanam a su gestión. El presidente no ha tomado en cuenta que Fujimori cayó en desgracia por servir al interés social, que la mayoría ciudadana estaba a favor del indulto, que los jueces actuaron por puro protagonismo y que Fujimorí no cometió delito de lesa humaniudad pues solo se trató de excesos que se dan en toda guerra.


 

      POLICLINICO 
 SAN MARTIN DE PORRES
             Av.Tarapacá 327 Rimac-Lima-Perú
Telfs 4818134 y 991868673.
                                             Director Dr Miguel Campos Arredondo
                                                                           MEDICINA -- ODONTOLOGIA
               DENTADURAS Y REPARACIONES  INMEDIATAS
                    ANALISIS CLINICOS- ENFERMERIA
                         (A personas de escasos recursos y ancianos atención gratuita)
                                    HORARIO LUNES A SÁBADO  DE 9 A 1 Y DE 5 A 9PM.

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