Edición 086
Lima-Perú-18 de julio, del 2018
EDITORIAL
EDITORIAL
LEY
MULDER ES DE INTERÉS SOCIAL.
El hecho de conocerse
como la “Ley Mulder” ha motivado que los discrepantes con ella ganen terreno
los últimos días pues la clara afiliación política del posible autor la hace
vulnerable, a tal punto que dio lugar a su impugnación ante el Tribunal de
Garantías Constitucionales.
Pienso que el señor Mulder como el ex presidente Humala, quien también se propuso disminuir los gastos del Estado en publicidad en la prensa privada y se dice que allí empezó su desdicha al constatar que el Estado gasta en una publicidad que ya resultaba innecesaria y hasta ridícula pues el Estado peruano cuenta con sus propios medios de comunicación, a lo cual se suma el hecho de que las empresas periodísticas al igual que todas las empresas privadas del país deben sufrir las consecuencias de tener malos gobiernos y no esperanzarse en ser clientes del Estado porque aquí nadie debe tener gollerías. Se propusieron evitar esa grave sangría de nuestra caja fiscal, lo cual es justo como también lo es calificar a los gobiernos de los últimos tiempos de irresponsables y genocidas porque al estar colmados de asaltantes y no de verdaderos gobernantes hicieron que el Estado incumpliera su rol principal de servir a la población. Aquí nuestras autoridades se sirvieron del Estado y asaltaron
a más no poder sus fondos y salieron millonarios
y nunca hubo ni hay dinero para resolver los más importantes problemas de la población como el educativo que es el primero que resolvieron los gobernantes de las naciones que hoy son las más poderosas del mundo en las que el Estado por su cuenta educa a los jóvenes hasta hacerlos profesionales y todavía mensualmente le dan dinero a los estudiantes; mientras aquí en Perú si los padres de familia no tienen dinero los niños no van a la escuela ante la cruel y vergonzosa indiferencia de nuestros mandamases y para colmo aquí no hay trabajo pues la SUNAT y municipios de todo nivel sistemáticamente arruinan a las empresas privadas lo cual se complica con la ojeriza que ciertas agrupaciones políticas le tienen a la empresa privada nacional a pesar que ésta en las naciones más desarrolladas y libres del mundo son las más importantes fuentes de trabajo permanente, divisas y aportes al Estado. Definitivamente pienso que la Ley Mulder es de interés social, porque cuanto menos se derroche los dineros del Estado habrá más fondos para servir a todos los peruanos. Creo también que la Ley Mulder debió ir más allá, prohibir a los medios de prensa privados a que intervengan en las propagandas electorales, las mismas que solo deben realizarse en los medios de comunicación del Estado y en tiempos y espacios iguales para todos; porque solo así tendremos en el gobierno y Congreso de la República a nuestros mejores y ejemplares ciudadanos, experimentados y justos y no a malandrines catapultados por el dinero de Odebrech y otros inversionistas que quieran ser favorecidos por los nuevos gobiernos.
Pienso que el señor Mulder como el ex presidente Humala, quien también se propuso disminuir los gastos del Estado en publicidad en la prensa privada y se dice que allí empezó su desdicha al constatar que el Estado gasta en una publicidad que ya resultaba innecesaria y hasta ridícula pues el Estado peruano cuenta con sus propios medios de comunicación, a lo cual se suma el hecho de que las empresas periodísticas al igual que todas las empresas privadas del país deben sufrir las consecuencias de tener malos gobiernos y no esperanzarse en ser clientes del Estado porque aquí nadie debe tener gollerías. Se propusieron evitar esa grave sangría de nuestra caja fiscal, lo cual es justo como también lo es calificar a los gobiernos de los últimos tiempos de irresponsables y genocidas porque al estar colmados de asaltantes y no de verdaderos gobernantes hicieron que el Estado incumpliera su rol principal de servir a la población. Aquí nuestras autoridades se sirvieron del Estado y asaltaron
a más no poder sus fondos y salieron millonarios
y nunca hubo ni hay dinero para resolver los más importantes problemas de la población como el educativo que es el primero que resolvieron los gobernantes de las naciones que hoy son las más poderosas del mundo en las que el Estado por su cuenta educa a los jóvenes hasta hacerlos profesionales y todavía mensualmente le dan dinero a los estudiantes; mientras aquí en Perú si los padres de familia no tienen dinero los niños no van a la escuela ante la cruel y vergonzosa indiferencia de nuestros mandamases y para colmo aquí no hay trabajo pues la SUNAT y municipios de todo nivel sistemáticamente arruinan a las empresas privadas lo cual se complica con la ojeriza que ciertas agrupaciones políticas le tienen a la empresa privada nacional a pesar que ésta en las naciones más desarrolladas y libres del mundo son las más importantes fuentes de trabajo permanente, divisas y aportes al Estado. Definitivamente pienso que la Ley Mulder es de interés social, porque cuanto menos se derroche los dineros del Estado habrá más fondos para servir a todos los peruanos. Creo también que la Ley Mulder debió ir más allá, prohibir a los medios de prensa privados a que intervengan en las propagandas electorales, las mismas que solo deben realizarse en los medios de comunicación del Estado y en tiempos y espacios iguales para todos; porque solo así tendremos en el gobierno y Congreso de la República a nuestros mejores y ejemplares ciudadanos, experimentados y justos y no a malandrines catapultados por el dinero de Odebrech y otros inversionistas que quieran ser favorecidos por los nuevos gobiernos.
Yo invito a todos los
peruanos a que vean en internet lo que hace el Estado en favor de la población
en las naciones más desarrolladas y libres del mundo. Tengo la certeza que se
llevarán grandes sorpresas. Basta con buscar el nombre del país y ver
educación, salud, trabajo, justicia, sueldo de congresistas, etc. Se darán
cuenta que hasta hoy no hemos tenido gobernantes y representantes sino, con
casi ninguna excepción, asaltantes amparados por una Constitución y leyes que
ellos mismos hicieron para protegerse.
Una periodista acaba de
expresar que los audios le dan asco Yo hace tiempo digo que a veces me da
verguenza ser peruano por los adefesios y pillos que nos gobiernan y
representan, catapultados casi siempre por dinero mal habido. Estos individuos impiden que el Estado
sirva a la población y eso lo comprobamos cotidianamente por el desinterés con que tratan a la educación, salud y seguridad y porque han hecho de Perú un
país subdesarrollado, endeudado y esclavo y de nuestra población mayoritariamente pobre e infeliz.
Presidente Vizcarra, así como
usted ha tenido el coraje y patriotismo de convocar a un grupo selecto de
profesionales competentes y honorables para que hagan una nueva ley del Poder
Judicial; convoque a otro grupo similar para que redacten un Proyecto de Nueva
Constitución. Usted entrará a la historia y nuestro amado Perú al primer mundo.
Resulta
extraño ver al señor Galarreta, máximo dirigente del Congreso junto al
Presidente Vizcarra, preocupado por la corrupción que su institución creó y
permitió siempre. Lo mejor que puede hacer es convocar de inmediato al Congreso
para modificar la Ley Electoral e impedir que postulen ciudadanos con malos
antecedentes e ineptos. Seguro que no lo hará y quedará demostrado que en el
Congreso de la República abundan los corruptos e ineptos.
El Congreso de la
República es el autor de la corrupción en el Perú y el único que la puede
destruir. La creó con los pocos requisitos que se exige a los candidatos y la
puede destruir modificando la Ley Electoral, exigiendo a éstos requisitos muy
especiales y fundamentalmente ser experimentados y justos.
Mientras que el
Congreso de la República no lo haga, siempre habrá corruptos en el gobierno,
Congreso, gobiernos municipales y regionales y nunca habrá dinero para servir
debidamente a la población empezando por dar oficio o profesión a todos
peruanos tal como se hace en las naciones más desarrolladas y libres del mundo.
POR LA PATRIA Y POR LOS QUE LLORAN EN PERÚ
Lima, 4 de julio, del 2018.
Señor doctor
ERNESTO BLUME FORTINI, PRESIDENTE DEL TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL.
Distinguido doctor:
Es para mí un honor dirigirme a usted, a quien conozco
desde hace muchos años y soy testigo presencial de su singular idoneidad y
honorabilidad, y por tanto me complace en sobre manera saber que hoy preside el
más alto organismo que vela por la interpretación y control de la
constitucionalidad en el Perú y hago fervientes votos porque el éxito sonría
sus patrióticas funciones.
Así mismo, Señor Presidente , visto que ahora la
institución que usted preside está abordando los recursos que varias
autoridades han planteado a la “Ley Mulder”, lo cual constituye un caso de
interés social tanto porque hay que proteger los fondos del Estado como también
porque los peruanos tenemos derecho a ser gobernados por nuestros mejores
ciudadanos, lo cual no se da en el Perú porque hasta hoy el dinero decidió los
resultados electorales según lo estamos comprobando; respetuosamente pongo a
vuestra consideración y de todos los ilustres señores doctores integrantes del
Tribunal Constitucional, mi libro “La Historia se repite”, publicado el 2008 y
que en sus páginas 276 a 283 contiene el artículo intitulado “PRENSA PERUANA,
GENERADORA DE SUBDESARROLLO Y MISERIA”, en referencia al discutible papel que
la prensa privada ha cumplido en el país. Considero que por eso el nuestro es
un país donde gobierno tras gobierno se ven frustradas las esperanzas ciudadanas
al no resolverse sus crónicos problemas como la educación que es fundamental
para el desarrollo y la mayoría de nuestra población subsiste a duras penas
porque no se califica la mano de obra, no hay trabajo y abunda la pobreza y
todas las nefastas consecuencias que de aquella se derivan.
Las razones expuestas, Señor Presidente, son verídicas
porque las he vivido personalmente en mi condición de fundador del PAN (Partido
Avanzada Nacional) y dos veces candidato a la Presidencia de la República, como
también en mi condición de Presidente del CONADES (Consejo Nacional por los
Derechos Sociales). Por tal motivo solicito a vuestro alto organismo, se me
permita, si les fuera posible, una breve exposición luego de la cual tenga el
honor de absolver vuestra interrogantes, para un mejor resolver las demandas
ciudadanas que distinguidos compatriotas les han formulado.
Atentamente.
Miguel Campos Arredondo
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Les
participo que presenté ante el Tribunal Constitucional mi libro "LA
HISTORIA SE REPITE", publicado el 2008, que contiene el artículo "Prensa
privada peruana, generadora de subdesarrollo y miseria" que aquí se publica. Me agradaría mucho saber luego
vuestra opinión apreciados amigos.
De veras que la ley Mulder es incompleta. A la prensa
privada, por el bien del país, también hay que prohibirle que intervenga en la
propaganda de los candidatos y estos solo se publiciten en los medios de
comunicación del Estado y en tiempos y espacios iguales para todos.
Así, solo "'llegarán” los ciudadanos más experimentados y justos y no los mercantilistas catapultados por el dinero a veces mal habido y Perú será muy pronto un país verdaderamente libre y todos los peruanos felices.
Así, solo "'llegarán” los ciudadanos más experimentados y justos y no los mercantilistas catapultados por el dinero a veces mal habido y Perú será muy pronto un país verdaderamente libre y todos los peruanos felices.
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PRENSA
PERUANA GENERADORA DE SUBDESARROLLO Y MISERIA
(26 de enero del
2002), Publicado el 2008 en "La Historia se repite". A propósito de
la oposición a la Ley Mulder. Qué les
parece?.
Abordar este asunto constituye para mí una obligación moral, a
la que no puedo ni debo renunciar, porque está de por medio el Perú, sus
moradores y el destino de las futuras generaciones. En consecuencia, respondo
complacido al llamado imperativo de mi conciencia sin contar para mí, en modo
alguno, las naturales máculas que pudiera infringirme ese poder que en el Perú
es casi omnímodo: la prensa.
Sí, aquella que según don Luis Miro Quezada, puede ser la más
noble de las profesiones o el mas vil de los oficios. La misma con la que,
hasta donde recuerdo, los políticos peruanos “de éxito” siempre evitaron
colisionar por temor a perder vigencia y volver a ser los desocupados y
desafortunados de antes; por supuesto que para ellos la política no es la
práctica de servicio a la colectividad si no la forma mas fácil de vivir
holgadamente a costa del dinero del Estado. No les interesa por tanto si les
dicen afeminados, farsantes o ladrones, no, lo importante para ellos es hacer
noticia, providencial receta que al gusano le convierte en águila.
Quiero dejar constancia que si hasta hoy hice política y me
esmeré en llegar al gobierno, fue porque anhelaba posibilitar un verdadero y
positivo cambio social en el Perú; pues me resultaba y aun resulta por demás
incómodo y hasta vergonzoso habitar un país que en contraste con su pródiga
geografía, para subsistir apela de continuo a la ayuda externa.
Sufrir de niño en carne propia la problemática de las mayorías y
de adulto las maquinaciones que efectúan los grupos de poder para aplastar las
aspiraciones populares con el infaltable e infalible auxilio de la prensa, me
da la autoridad moral suficiente para opinar, y por lo mismo dispuesto estaré
siempre a demostrar la veracidad de mis afirmaciones ante cualquier persona o
institución y en cualquier lugar y circunstancia. No hay en mí afán alguno de
venganza por no haber logrado algo personal, pero sí lamento no haber podido
servir a mi país, por las barreras infranqueables que a los candidatos de
extracción popular se impone en los procesos electorales, que no pasan de ser mas
que simulacros electorales en los que lamentablemente juega rol fundamental la
prensa. El desempeño de los profesionales de la pluma para los ciudadanos que
en política tienen la calidad de principiantes constituye un verdadero
desengaño, pero eso tiene su explicación según lo comprobaremos más adelante.
Las entrevistas a gobiernistas y opositores que pagan bien son
harto publicitadas, preparadas, extensas, debidamente editadas y por supuesto
“muy exitosas” para el entrevistado quien aparece como galán de película, un
personaje virtuoso a ultranza; mientras las que se hace a los que no abonan son
breves, cortantes, irrespetuosas, tontas y si se trata de medios de
comunicación escritos casi nunca se publica, mas si eso ocurre no pasan de ser
menciones ridiculizantes; en fin de cuentas un insípido cumplido para
justificar el pluralismo.
Cada proceso electoral, para los propietarios de los “grandes
medios de comunicación” privados es una brillante oportunidad para incrementar
su patrimonio personal, como en otra escala, hacen los vendedores de flores el
día de los muertos, sin contar para nada si publicitan a demagogos o
delincuentes.
Mortifica hasta el hartazgo, seguir viendo al Perú en el
consenso internacional, convertido en una mixtura de paria y mendigo, a pesar
que en los albores del siglo pasado éramos terceros en América latina, solo
después de Brasil y Argentina. Un país, somos hoy, comandado por compatriotas
elegidos en cumplimiento de una legislación redactada por los grupos de poder
económico, paradójicamente ungidos por el voto popular y que como es natural no
responden luego a la confianza ciudadana, pues solo cuando están en el poder
nos enteramos que son de dudosa reputación y carentes de las cualidades que el
cargo les exige y todo porque ni nuestra Constitución ni Ley electoral se los
demanda, ni siquiera ser experimentados y justos, lo cual constituye una
abismal diferencia con los ciudadanos pioneros del progreso de las naciones más
desarrolladas y libres del mundo.
En las últimas décadas, por la vida agitada que llevamos y
porque la pobreza es el común denominador de la mayoría de los peruanos a
consecuencia de las infelices políticas económicas implementadas por nuestros
gobernantes, apelamos fundamentalmente a los medios de comunicación como fuente
informativa y de allí la trascendental labor y responsabilidad que tiene la
prensa nacional.
Si ésta dice que Fulano es sabio, lo es; que Zutano es ladrón,
lo es; que aquel es homosexual, lo es. Si dice que tenemos uno de los mejores
presidentes del mundo, que nuestra situación económica es tan sólida al extremo
que no necesitamos ayuda externa, que estamos a punto de tener la mejor
educación de América Latina; para el grueso de nuestra población resulta
creíble, lamentablemente
¿Pero cual es la verdad?, ¿Merece la prensa respeto y confianza
de la colectividad? Particularmente considero muy discutible, porque los medios
de comunicación particulares obedecen al interés de sus dueños y clientes,
mientras los estatales al de los jerarcas de turno. Así de claro. En el caso de
los primeros resulta natural aunque decepcionante, verdad amarga que hay que
admitirla, con más razón ahora cuando la recesión afecta a todas las empresas
del país. Pero lo que resulta perjudicial para todos los peruanos y constituye un
golpe mortal a la democracia es cuando el Estado se convierte en cliente de los
medios de comunicación particulares, vía los contratos de publicidad. En ese
caso los rotativos corresponden el gran favor recibido realizando una oprobiosa
deformación de imagen a favor de los gobernantes, teniendo tanto al Perú como a
parte del mundo, puniblemente engañados. Afirman que tenemos el mejor gobierno
de nuestra historia, que sus medidas son atinadas, que la mayoría ciudadana
respalda su gestión, que el PBI se incrementa, que la inflación se reduce, que
pronto habrá reactivación, que el gobierno merece la reelección y toda falacia
que convenga al gobierno. Como lamentablemente el nivel cultural de nuestra
sociedad es primario, esas falsas y temerarias afirmaciones se toman como
ciertas. Así de fácil se engatusa a la población y a la larga el precio que
pagamos por nuestra ingenuidad es demasiado caro y el daño a veces irreparable,
como ocurre con nuestra deuda externa que con el transcurrir del tiempo se ha
ido incrementando al punto que es prácticamente impagable a pesar que
mayormente sirvió para enriquecer a los mandarines de turno, sus amigos y
parentela.
Precisamente por haber tenido en el gobierno a los favoritos y
clientes de la prensa privada y en el colmo de la desdicha a personajes de
dudosa reputación, incompetentes, egoístas e inserviciales, somos un país
subdesarrollado, dependiente, saqueado, endeudado, limosnero internacional y
hasta mal pagador. La mayoría de gente en edad de trabajar está desocupada porque
al Estado no le interesa capacitar a todos para el trabajo tal como se hace en
las naciones más desarrolladas y libres de la tierra y a diario constatamos que
la miseria y todas las consecuencias que de aquella se derivan se incrementan,
como también quiebran nuestras empresas privadas pequeñas y medianas a pesar
del importante rol social que desempeñan.
LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Para la democracia la libertad de expresión constituye un factor
fundamental, de allí que con mas razón los medios informativos deben expresarse
con total independencia y sin temor a mordaza alguna, pero eso es harto
discutible cuando existe un contrato comercial de por medio.
ELECCIONES
Si votar es elegir entre varias alternativas, el mundo debe saber
que en la tierra de Grau, Bolognesi y Tupac Amaru, hombres que ofrendaron sus
vidas por puro patriotismo; los procesos electorales son una farsa, porque los
resultados no reflejan la voluntad popular. Y ¿porqué?, porque la prensa
privada pone en primera línea a los candidatos que más le pagan. Las
entrevistas a gobiernistas y opositores que pagan bien son harto publicitadas,
preparadas, extensas y por supuesto “muy exitosas”, mientras las que se hace a
los que no abonan son breves, tontas y un insípido cumplido. Si bien cada cinco
años vamos a las ánforas esperanzados en elegir a nuestros mejores
representantes, luego nos damos cuenta que hemos elegido a nuestros asaltantes
y verdugos, porque ese es el triste papel que desempeñan los ciudadanos que son
honrados con la confianza popular. En vez de servidores son detractores de la
comunidad. Y eso se da, aunque resulte increíble, porque a despecho de
ideologías, principios, programas, aquí el dinero decide los resultados. Los
candidatos que más gastan en las campañas electorales y especialmente en los
medios de comunicación particulares que son los que tienen más “pegada”, ocupan
los primeros lugares. El cuadro se complica con el trabajo sistemático y
discutible que realizan las autoridades electorales sumisas al gobierno, por
temor a perder sus exorbitantes e incontrolables sueldos; las nefastas
“encuestadoras”, los grandes empresarios y hasta instituciones que
supuestamente velan por la “transparencia”.
Eso motiva que las minorías pudientes coludidas con algunos
ciudadanos, que son la versión moderna de Filipillo, aquel indio que colaboró
con los conquistadores españoles, sean los únicos que llegan al gobierno de la
República. Por eso estamos así, catalogados como un país tercermundista;
lamentable e injusta situación que persistirá mientras subsistan las arguciosas
normas, que han sido redactadas por los representantes del poder económico
férreamente enquistados en el congreso de la República. Por eso los procesos
electorales han resultado innecesarios para el país y hasta perjudiciales por
sus altos costos y negativos resultados. Los grandes beneficiados son
precisamente los medios de comunicación privados.
Los “vencedores pírricos” instalados en el gobierno actúan en
función de sus propios intereses y los de sus amigos y favorecedores,
soslayando sistemáticamente las angustias de las mayorías que crónicamente son
utilizadas y postergadas. Usan para ello de normas constitucionales, leyes y
decretos que les permite consumar sus tropelías y hasta lograr impunidad.
Precisamente hace poco, mediante un sondeo de opinión realizado
por una importante entidad nos hemos enterado que las empresas de
telecomunicaciones, mineras y banqueras son las favoritas de todos los
gobiernos de turno, incluso del presente. Y eso ocurre porque los dirigentes de
las mismas para conservar o lograr inmerecidos privilegios apoyan las campañas
electorales o se suben al coche triunfalista. Precisamente el Señor Schult Landazuri, posiblemente merced a siniestras
influencias acaba de ser liberado en Argentina y seguramente ocurrirá lo mismo
aquí a pesar que estuvo harto comprometido con el gobierno de la corrupción,
habiendo sido visto en un video recibiendo dinero de manos de don Vladimiro
Montesinos.
Actualmente, mientras se debate la ley de telecomunicaciones en
el congreso de la República, el Ministro del ramo ha declarado que no se
debatirá sobre el contenido de los programas, lo cual supone que la televisión,
por ejemplo, tendrá carta blanca para seguir degenerando a nuestros niños y jóvenes.
Muestras de tal nociva influencia es el hecho que en los últimos años, se ha
triplicado el número de niñas que salen embarazadas. Por culpa de la prensa hoy
vivimos en el Perú un estado similar a los tiempos de Sodoma y Gomorra.
Así intoxican al país los que han hecho un feudo de las
comunicaciones y un negocio de la noticia. Y para colmo, en momentos en que se
debate la nueva ley de comunicaciones un magnate de las mismas acaba de
proponer ante el Congreso de la República, que la misma pagará sus impuestos
con avisaje. Eso supone que a pesar que la prensa desinforma, aliena y
corrompe, especialmente a los niños y jóvenes, los peruanos tendríamos que
pagarle. Sería un subsidio indebido y escandaloso a empresas privadas que
perjudican a la sociedad.
Con los medios de comunicación nadie quiere “chocar”, con más
razón los opositores, porque si lo hacen “se queman” y no llegarán lejos, de
allí que a ellos tratan con guantes de seda y extrema pleitesía, no se
arriesgan al chantaje, ridículo, calumnia y a lo que es peor; la indiferencia
de los mismos. No les preocupa su dignidad, pues para ellos lo más importante
es hacer noticia. El favoritismo llegó al extremo cuando en el régimen
fujimontesinista se dio una ley que amparaba a los medios informativos para que
no revelen su fuente informativa, con lo cual se oficializaba la impunidad en
nombre de una muy discutible libertad de expresión.
Los gobiernistas no se preocupan porque tienen prensa cautiva
por obra y gracia de los contratos de publicidad estatal o por los injustos,
innecesarios y perjudiciales canjes.
Si compatriotas, esa es la gente que llega a palacio de
gobierno, al congreso de la República y municipios; catapultada por una prensa
cortesana y obsecuente. Gente que llega al poder, sin otro requisito que ser
peruano de nacimiento y tener mayoría de edad.
Aunque parezca mentira la ley peruana no exige profesionalismo,
solvencia moral, ni preocupación por los problemas sociales. Por supuesto que
no es de esperar obra positiva, de aquellos compatriotas.
Si bien esta crónica fue destinada a tratar sobre los medios de
comunicación, a manera de información trato sobre el comportamiento de los
gobiernos frente a otros grupos de poder.
Deja mucho que desear, por ejemplo, la forma en que se favoreció
hace poco al dueño de uno de los más grandes bancos del país. El magnate acaba
de ser liberado de culpa por decisión de una jueza anticorrupción a pesar que
estuvo en el SIN con Vladimiro Montesinos, pidiéndole favores para los dueños
de una empresa seriamente comprometidos en el narcotráfico. A dicha autoridad
conozco porque tuvo singular protagonismo durante el gobierno corrupto del
fujimontesinismo, siendo inclemente con los opositores al oprobioso régimen.
Precisamente el año 1995, inicié una querella por difamación y calumnia al
diario ”Expreso”, en ese entonces fujimontesinista a ultranza. Tal doctora,
subestimando mis contundentes pruebas lo liberó de culpas y de pagarme una
fuerte suma por reparación civil. “Expreso” fue uno de los medios que uso el
gobierno de la corrupción para anular y destruir mi candidatura presidencial y
como muchos medios informativos, hacía tabla rasa de la dignidad de la gente
para pagar favores al gobierno.
En ese entonces, la “tornadiza” profesional con argumentos
cantinflescos emitió una resolución “jalada de los cabellos”. Precisamente
ahora el director del mencionado rotativo está en la cárcel.
En variadas y sutiles formas las grandes empresas son
favorecidas por los gobiernos pero eso no se hace con las pequeñas y constituye
una burda e injusta discriminación. A las grandes se las favorece con normas
“legales” que les permite afianzar sus monopolios, desgravar impuestos, canjear
deudas con el fisco, contar con el apoyo económico del gobierno cuando dicen
estar en crisis; en fin de cuentas, para los pudientes e influyentes, aquellos
que menos necesitan todo; mientras que para los débiles y siempre más
necesitados nada o casi nada. Estas son pruebas incontrastables de que en Perú
no existe justicia social y nuestra democracia es discutible y a pesar de eso
son términos trillados que usan los que viven o esperan vivir de la política.
Cuando adeudan altas sumas de dinero al Estado, por ejemplo por
concepto de impuestos, reciben odiosas y discriminatorias concesiones que no se
otorgan a las pequeñas empresas. A las favoritas se les permite hacer canje.
Las telecomunicaciones por ejemplo pagan al Estado con espacios de publicidad a
pesar que el Estado cuenta con sus propios medios de comunicación. Dicho
trueque favorece también a los discutibles gobernantes de turno porque les
permite contar con una prensa sumisa y complaciente, obligada a mantener muy en
alto la imagen del presidente y su entorno aunque atenten contra los intereses
populares. Precisamente si bien durante el gobierno de Alberto Fujimori el Perú
pudo lograr la condonación de gran parte de su deuda externa, como lo hicieron
otros países tercermundistas, tal beneficio no pudimos lograr porque en ese entonces la prensa privada hacía creer
al mundo que en Perú vivíamos en una suerte de paraíso y con un presidente de
tipo exportación. Esto también constituye un serio atentado contra la libertad
de expresión, porque esa prensa sumisa y timorata, está comprometida a no
discrepar con el régimen por el riesgo de perder tal beneficio o de ver
rescindidos sus contratos de publicidad suscritos con el mismo. No es la prensa
privada realista, imparcial e independiente que la colectividad merece y la
democracia demanda, sino el acolito, obsecuente y servil de falsos sacerdotes
que lucran con los dineros públicos y se burlan de la gente. Además, con tales
e injustos privilegios el Estado se perjudica con millonarias perdidas, ante la
indiferencia de los mandarines que disfrutan de los azahares del poder y
acumulan fortuna a costa del dinero del Estado ante el descuido o impotencia de
la ciudadanía que no tiene poder adquisitivo para hacerse escuchar y respetar.
Tal denigrante rol desempeña la prensa nacional, posiblemente
porque la recesión y escasa demanda de clientes es el riesgo cotidiano al que
están expuestas las empresas peruanas, al fallar los siniestros experimentos
que hacen los casi siempre improvizados e incompetentes gobernantes de turno.
Pero los grandes empresarios, entre ellos los de las comunicaciones deben tener
en cuenta que el desgobierno y la crisis no solo afecta a ellos sino a todos
los empresarios del país y por tanto deben propiciarse medidas integrales y no
coyunturales ni discriminatorias. Si bien a los medios de comunicación resulta
fácil lograr a cualquier precio beneficios particulares con los gobiernos de
turno, hay que actuar en función de todo el empresariado y del país en general.
Sólo así se hace patria y se forja el desarrollo nacional.
La conducta negativa de la prensa es precursora de miseria, subdesarrollo y dependencia. Por eso he llegado a la conclusión que una medida saludable para todos los peruanos y para apuntalar definitivamente el desarrollo nacional, sería que los medios de comunicación privados no deben de suscribir contratos publicitarios con el Estado. Las razones que me llevan a formular este patriótico planteamiento son las siguientes:
La conducta negativa de la prensa es precursora de miseria, subdesarrollo y dependencia. Por eso he llegado a la conclusión que una medida saludable para todos los peruanos y para apuntalar definitivamente el desarrollo nacional, sería que los medios de comunicación privados no deben de suscribir contratos publicitarios con el Estado. Las razones que me llevan a formular este patriótico planteamiento son las siguientes:
1) El Estado peruano tiene sus propios medios de
comunicación.
2) La prensa privada al hacer y publicitar una buena imagen de los malos gobernantes, perjudica al país.
3) Ejercer la libertad de expresión no significa crear una empresa privada que se nutra de los fondos del Estado y propicie el descalabro moral y económico de un país.
2) La prensa privada al hacer y publicitar una buena imagen de los malos gobernantes, perjudica al país.
3) Ejercer la libertad de expresión no significa crear una empresa privada que se nutra de los fondos del Estado y propicie el descalabro moral y económico de un país.
Todos los empresarios peruanos deben poner su cuota de esfuerzo
para que la situación del Perú se torne en prospera. Ojalá que la infeliz
conducta que la prensa y un importante sector del empresariado nacional
observaron durante el fujimontesinismo, no se repita, por el bien de todos
nuestros connacionales. Hay que calificar mejor la mano de obra, superar
nuestra tecnología, reinvertir en el Perú y buscar mejores mercados; pero no
optar por lo más fácil que es convertirnos en clientes del Estado para vivir
del dinero de todos los peruanos. No compatriotas empresarios, no señores de
los medios de comunicación, así están propiciando el descalabro nacional y
justificando las aberraciones de gobernantes ambiciosos e inserviciales y
condenándonos a más miseria, subdesarrollo y dependencia
En cuanto a las empresas mineras, prácticamente todos los
gobiernos las han beneficiado, a pesar de ser simples exportadores de materias
primas, generadoras de escaso número de puestos de trabajo y aparte de eso en
reiteradas ocasiones han sido acusadas de sacar metales preciosos fuera del
país camuflados dentro de los baratos. A parte de eso se les acusa también de
ser indolentes saqueadoras de nuestros recursos naturales no renovables.
Y continuando con el análisis del favoritismo gobiernista para
con los grandes empresarios, no podemos olvidar que hace tres años mientras la
inmensa mayoría de empresas colapsaba dejando a sus trabajadores en la calle el
gobierno utilizó cerca de dos mil millones dólares de nuestras reservas para
reflotar a las AFPs, grandes empresas que vienen lucrando con el dinero de los
trabajadores, y en contra de las cuales hay denuncias cotidianas.
También se usó muchos millones de la caja pública para reflotar
algunos bancos privados como el “Latino”, que a pesar de tal esfuerzo sucumbió.
El Perú es un país donde el favoritismo que se hace con los de arriba e
influyentes tiene visos de escándalo. Aquí, hasta en las cárceles son
favorecidos los pudientes. Hace poco nos enteramos de la fina atención que
recibe en el Penal Santa Mónica un familiar del siniestro ex-asesor Montesinos;
que el ex director de “Expreso” y un hermano del Alcalde del Callao presos en
el Penal de “San Jorge” tenían las llaves de sus propias celdas. Así mismo no
es raro que un “envarado”, para huir de la justicia se interne en un centro
hospitalario donde es atendido por médicos y jueces con especial deferencia.
Pero a los pobres y pequeños, se les aplica “todo el peso de la
ley”. Cuando los pequeños empresarios no tienen dinero para pagar sus deudas y
tributos se les enjuicia, embarga y arruina y cuando optan por hospitalizarse
se les deniega el ingreso o saca a patadas. Aquí para nada cuenta la vida de
los humildes, si los padres de familia no tienen dinero su hijos no van a la
escuela, crasa irresponsabilidad, insensibilidad y horfandad de patriotismo de quienes dirigen el Estado peruano
que contrasta con el desempeño de los
mandatarios de las naciones realmente democráticas, progresistas y libres. No
hay real preocupación por la educación de toda nuestra gente a sabiendas que al
negarle educación a nuestros niños se les está negando el derecho de ser
libres. Somos el país de la improvización, de la solución de nuestros crónicos problemas
con temor y cuentagotas, paliativos, del populismo cínico, improductivo,
consumista y creador de parásitos sociales, del egoísmo descarado y hasta del
genocidio porque a nuestra gente se la mata lentamente buscando siempre de
tener como adeptos y electores a gente pobre y manejable y en el extremo se
levanta mucho polvo cuando a los niños se les brinda un vaso de leche.
Precisamente hace poco el ya célebre deportista Armando Maradona
ha dicho a nuestro presidente que en vez de preocuparse por la Bolsa de
Valores, atienda a la gente humilde. “Si no lo hace es un mentiroso”, acotó.
Ni siquiera podemos confiar en el Parlamento, a pesar de su
función fiscalizadora, por dos razones: en caso que tiene mayoría gobiernista
no hace más que coludirse con el régimen para justificar sus fechorías y
atropellos y si no la tiene se concretan “acuerdos” se dice “en salvaguarda de
la democracia”, pero estos se realizan casi siempre para asegurarse el mayor
tiempo posible el exorbitante e inmerecido sueldo que perciben por desempeñar
el denigrante papel de frenos rentados del país.
Cuando de fondos económicos se trata, nuestros gobernantes optan
sin vacilaciones por apelar al extranjero, actitud facilista e irresponsable;
desoyendo incluso las recomendaciones de las autoridades mundiales de la
economía, como los líderes del FMI y el Banco Mundial. A ello se adiciona las
ciegas cargas tributarias que imponen a las empresas y ciudadanía en general y
el remate sistemático del patrimonio nacional; lo cual evidencia también su
incapacidad y anti patriotismo. Los préstamos foráneos incrementan nuestra ya
abultada deuda externa y la convierten en impagable. Además tal actitud es
indigna de un país pródigo en recursos naturales y dueña de un pasado grandioso
y ejemplar en su condición de heredero del Imperio de los Incas. Peor aún si
nuestros gobernantes no pueden eliminar el déficit fiscal, con lo cual
hipotecado esta nuestro futuro. También se apela desvergonzadamente a la
filantropía internacional, sin tener en cuenta que tales donativos son
instrumentos de dominación y de dependencia. Para ellos lo más importante es
tener dinero, para el enriquecimiento ilícito, en especial del presidente, su
entorno, congresistas cómplices y una burocracia servil, obsecuente y
antisocial. Así pues desgobierna y arruina al país, el grupo de “señoritos” y
sus cómplices que por obra y gracia del dinero son los únicos que llegaron al
poder durante casi toda nuestra vida republicana e incontrastablemente con el
apoyo de la prensa privada.
He llegado a creer que hasta los semi analfabetos gobernarían
mejor, porque al menos estarían motivados por el afecto a sus hermanos de
infortunio, que son la inmensa mayoría, sentimiento del cual carecen “las
eminencias económicas y políticas”, que hasta hoy manejaron las riendas del
poder.
A pesar de la efectiva labor social que desempeñan, de las
empresas en general no se preocupan, salvo algunas odiosas excepciones que se
hace con las grandes; que sirven mayormente para apuntalar los monopolios y
arruinar a las pequeñas. Soslayan a estas últimas, a pesar que son las
principales generadoras de puestos de trabajo, estar integradas y dirigidas por
peruanos y ser duro espinazo de la economía nacional. A ellas, en vez de
concederles el respaldo e incentivos que merecen, como se acostumbra en las
naciones más prosperas y desarrolladas del mundo; se les pone una serie de
barreras y tanto el gobierno central como los municipios las acosan
implacablemente desde que nacen. Carecen de crédito, ayuda técnica,
asesoramiento y de toda ayuda estatal, incluso de mercados, pero el gobierno
las abandona a su suerte, y por el contrario las perjudica con duras cargas.
Altos pagos por concepto de licencias, abusivas tarifas de servicios esenciales
que encarecen los costos de producción impidiéndoles ser competitivas.
Con facilidad y punible insensibilidad se las clausura y embarga
sin mayor trámite, cuando por falta de ingresos no pagan sus impuestos. La
SUNAT, ese ogro, inquisidor y verdugo, a quien se le ha dado también el papel
de cajero de continuo hace público el remate de los bienes confiscados a los
pequeños empresarios, sin importarle que la gente pierda su fuente de trabajo.
A esos ciudadanos que atentan contra el Perú y todos los
peruanos, la prensa nacional siempre ha loado mientras pudo sacarles ventajas;
con lo cual queda demostrado su negativo rol y vergonzosa complicidad en
nuestro subdesarrollo, pobreza y dependencia. Por eso considero que es urgente
romper el cordón umbilical que los une y la mejor manera de lograrlo sería
mediante una norma que prohíba la concreción de contratos publicitarios entre
los mismos. Hay que tener en cuenta que all gobierno no le hace falta los
medios de comunicación particulares porque cuenta con los propios y si estos no
tienen la capacidad necesaria hay que repotenciarlos de inmediato, porque para
eso hay mucho dinero en reservas que dejó Fujimori al rematar gran parte del
patrimonio nacional.
Sólo de esa forma podríamos contar con una prensa privada
realmente libre y tendríamos de nuestros gobernantes una imagen real tanto
interna como externamente y no la trastocada que la prensa convenida y sumisa
hoy nos muestra. Las discrepancias entre la prensa privada y el régimen, cuando
existe de por medio un contrato publicitario, solo salvan apariencias. Aún sin
duda muchos podemos recordar, por ejemplo, que un importante medio de
comunicación particular, costeó uno de los primeros viajes de Fujimori a Japón
según nos enteramos en la lectura de “El rostro oculto del poder”, de Francisco
Loayza).
A los peruanos nos consta que los canales de TV 4, 5, 9 y 13,
han estado y al parecer continúan estando hipotecados al gobierno y para quedar
bien con el mismo, tuvieron y tienen que suspender programas veraces,
independientes y aleccionadores como los dirigidos por el idóneo periodista
César Hildebrandt. Eso demuestra la forma vergonzosa, brutal e irresponsable
con que los propietarios de tales medios pagan los favores de los gobiernos de turno atentando gravemente
contra la libertad de expresión. Ese tipo de prensa desinforma y desorienta a
la colectividad.
Debo aclarar que no estoy contra la libre empresa, muy por el
contrario la respaldo, consciente que es la pionera del desarrollo y la prosperidad
de los pueblos, pero discrepo del parasitismo estatal que practican, actitud
facilista que quita méritos a la misma y desangra innecesariamente al erario
nacional. El Perú debe dejar de ser un país de privilegios. Las empresas deben
subsistir, sí; pero todas deben trabajar en las mismas condiciones. Es una
crasa injusticia, que mientras la inmensa mayoría de aquellas tiene que hacer
malabares y hasta esperar milagros para no sucumbir y poder cumplir sus
obligaciones, otras se arriman prestamente al Estado y viven del dinero de
todos los peruanos, y lo que es peor y harto criticable y vergonzoso, para
servir de voceros y asesores de imagen a ciudadanos que no lo merecen porque no
hacen obra positiva por el país.
Y por si hubiera duda sobre algunas de mis afirmaciones, yo les
invito a poner atención en la TV, los diarios y emisoras radiales más
prestigiosas. Seguramente en todos aquellos ustedes encontrarán un avisaje del
Estado y posiblemente innecesario. Así pues subsidiamos los peruanos a los
medios de comunicación.
Y para terminar este breve ensayo, en el cual he sido harto
sincero y consciente que la prensa privada bien puede “marcarme” y condenarme
al oscurantismo político, lo cual personalmente no me preocupa, formulo una
patriótica sugerencia, basada en mi experiencia personal. La planteo porque he
sido víctima de esa prensa cuando servía sin reparos a la dictadura
fujimontesinista.
Considero conveniente, que por el bien del país y de todos los
peruanos y para que vivamos en una auténtica y plena democracia, se exija
especiales requisitos a quienes pretendan llegar a la función pública tales
como: profesionalismo, honorabilidad, comprobada y permanente preocupación por
la colectividad y el más puro y acrisolado patriotismo; y que las propagandas electorales
sólo se hagan en los medios de comunicación estatales, otorgándose a todas las
agrupaciones políticas iguales espacios y tiempos, prohibiéndose todo tipo de
propaganda electoral en los medios de comunicación particulares.
Esto traerá como saludable consecuencia que los peruanos
estaremos gobernados y representados por los mejores ciudadanos, y con las
cualidades que tuvieron los ciudadanos que forjaron la grandeza de las naciones
más poderosas del mundo. Sólo entonces el desarrollo nacional y el bienestar
real y permanente de todos los peruanos será una hermosa realidad. No existe
otra salida.
Al contrario de lo que afirman los representantes de la prensa
privada, los contratos de
publicidad que se concretan entre el Estado y la prensa privada atentan contra
la libre información. Por eso siempre tuvimos en los últimos tiempos una prensa
pusilánime, sorda y hasta muda que no decía la verdad por el temor de sus dueños
a perder mucho dinero del Estado. Tengo la certeza que el día que la prensa
privada no tenga atadura alguna con los gobiernos disfrutará del respeto
ciudadano, estaremos mejor informados y el país avanzará porque una auténtica
libertad de expresión es vital en toda democracia.