martes, 17 de julio de 2018





Edición 086
Lima-Perú-18 de julio, del 2018
EDITORIAL

EDITORIAL

LEY MULDER ES DE INTERÉS SOCIAL.

El hecho de conocerse como la “Ley Mulder” ha motivado que los discrepantes con ella ganen terreno los últimos días pues la clara afiliación política del posible autor la hace vulnerable, a tal punto que dio lugar a su impugnación ante el Tribunal de Garantías Constitucionales.
Pienso que el señor Mulder como el ex presidente Humala, quien también se propuso disminuir los gastos del Estado en publicidad en la prensa privada y se dice que allí empezó su desdicha al constatar que el Estado gasta en una publicidad que ya resultaba innecesaria y hasta ridícula pues el Estado peruano cuenta con sus propios medios de comunicación, a lo cual se suma el hecho de que las empresas periodísticas al igual que todas las empresas privadas del país deben sufrir las consecuencias de tener malos gobiernos y no esperanzarse en ser clientes del Estado porque aquí nadie debe tener gollerías. Se propusieron evitar esa grave sangría de nuestra caja fiscal, lo cual es justo como también lo es calificar a los gobiernos de los últimos tiempos de irresponsables y genocidas porque al estar colmados de asaltantes y no de verdaderos gobernantes hicieron que el Estado incumpliera su rol principal de servir a la población. Aquí nuestras autoridades se sirvieron del Estado y asaltaron
a más no poder sus fondos y salieron millonarios
y nunca hubo ni hay dinero para resolver los más importantes problemas de la población como el educativo que es el primero que resolvieron los gobernantes de las naciones que hoy son las más poderosas del mundo en las que el Estado por su cuenta educa a los jóvenes hasta hacerlos profesionales y todavía mensualmente le dan dinero a los estudiantes; mientras aquí en Perú si los padres de familia no tienen dinero los niños no van a la escuela ante la cruel y vergonzosa indiferencia de nuestros mandamases y para colmo aquí no hay trabajo pues la SUNAT y municipios de todo nivel sistemáticamente arruinan a las empresas privadas lo cual se complica con la ojeriza que ciertas agrupaciones políticas le tienen a la empresa privada nacional a pesar que ésta en las naciones más desarrolladas y libres del mundo son las más importantes fuentes de trabajo permanente, divisas y aportes al Estado. Definitivamente pienso que la Ley Mulder es de interés social, porque cuanto menos se derroche los dineros del Estado habrá más fondos para servir a todos los peruanos. Creo también que la Ley Mulder debió ir más allá, prohibir a los medios de prensa privados a que intervengan en las propagandas electorales, las mismas que solo deben realizarse en los medios de comunicación del Estado y en tiempos y espacios iguales para todos; porque solo así tendremos en el gobierno y Congreso de la República a nuestros mejores y ejemplares ciudadanos, experimentados y justos y no a malandrines catapultados por el dinero de Odebrech y otros inversionistas que quieran ser favorecidos por los nuevos gobiernos.

Yo invito a todos los peruanos a que vean en internet lo que hace el Estado en favor de la población en las naciones más desarrolladas y libres del mundo. Tengo la certeza que se llevarán grandes sorpresas. Basta con buscar el nombre del país y ver educación, salud, trabajo, justicia, sueldo de congresistas, etc. Se darán cuenta que hasta hoy no hemos tenido gobernantes y representantes sino, con casi ninguna excepción, asaltantes amparados por una Constitución y leyes que ellos mismos hicieron para protegerse.

Una periodista acaba de expresar que los audios le dan asco Yo hace tiempo digo que a veces me da verguenza ser peruano por los adefesios y pillos que nos gobiernan y representan, catapultados casi siempre por dinero mal  habido. Estos individuos impiden que el Estado sirva a la población y eso lo comprobamos cotidianamente por el desinterés con que tratan a la educación, salud y seguridad y porque han hecho de Perú un país subdesarrollado, endeudado y esclavo y de nuestra población  mayoritariamente pobre e infeliz.

Presidente Vizcarra, así como usted ha tenido el coraje y patriotismo de convocar a un grupo selecto de profesionales competentes y honorables para que hagan una nueva ley del Poder Judicial; convoque a otro grupo similar para que redacten un Proyecto de Nueva Constitución. Usted entrará a la historia y nuestro amado Perú al primer mundo.

Resulta extraño ver al señor Galarreta, máximo dirigente del Congreso junto al Presidente Vizcarra, preocupado por la corrupción que su institución creó y permitió siempre. Lo mejor que puede hacer es convocar de inmediato al Congreso para modificar la Ley Electoral e impedir que postulen ciudadanos con malos antecedentes e ineptos. Seguro que no lo hará y quedará demostrado que en el Congreso de la República abundan los corruptos e ineptos.

El Congreso de la República es el autor de la corrupción en el Perú y el único que la puede destruir. La creó con los pocos requisitos que se exige a los candidatos y la puede destruir modificando la Ley Electoral, exigiendo a éstos requisitos muy especiales y fundamentalmente ser experimentados y justos.
Mientras que el Congreso de la República no lo haga, siempre habrá corruptos en el gobierno, Congreso, gobiernos municipales y regionales y nunca habrá dinero para servir debidamente a la población empezando por dar oficio o profesión a todos peruanos tal como se hace en las naciones más desarrolladas y libres del mundo.


POR LA PATRIA Y POR LOS QUE LLORAN EN PERÚ

Lima, 4 de julio, del 2018.
Señor doctor
ERNESTO BLUME FORTINI, PRESIDENTE DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL.
Distinguido doctor:
Es para mí un honor dirigirme a usted, a quien conozco desde hace muchos años y soy testigo presencial de su singular idoneidad y honorabilidad, y por tanto me complace en sobre manera saber que hoy preside el más alto organismo que vela por la interpretación y control de la constitucionalidad en el Perú y hago fervientes votos porque el éxito sonría sus patrióticas funciones.
Así mismo, Señor Presidente , visto que ahora la institución que usted preside está abordando los recursos que varias autoridades han planteado a la “Ley Mulder”, lo cual constituye un caso de interés social tanto porque hay que proteger los fondos del Estado como también porque los peruanos tenemos derecho a ser gobernados por nuestros mejores ciudadanos, lo cual no se da en el Perú porque hasta hoy el dinero decidió los resultados electorales según lo estamos comprobando; respetuosamente pongo a vuestra consideración y de todos los ilustres señores doctores integrantes del Tribunal Constitucional, mi libro “La Historia se repite”, publicado el 2008 y que en sus páginas 276 a 283 contiene el artículo intitulado “PRENSA PERUANA, GENERADORA DE SUBDESARROLLO Y MISERIA”, en referencia al discutible papel que la prensa privada ha cumplido en el país. Considero que por eso el nuestro es un país donde gobierno tras gobierno se ven frustradas las esperanzas ciudadanas al no resolverse sus crónicos problemas como la educación que es fundamental para el desarrollo y la mayoría de nuestra población subsiste a duras penas porque no se califica la mano de obra, no hay trabajo y abunda la pobreza y todas las nefastas consecuencias que de aquella se derivan.
Las razones expuestas, Señor Presidente, son verídicas porque las he vivido personalmente en mi condición de fundador del PAN (Partido Avanzada Nacional) y dos veces candidato a la Presidencia de la República, como también en mi condición de Presidente del CONADES (Consejo Nacional por los Derechos Sociales). Por tal motivo solicito a vuestro alto organismo, se me permita, si les fuera posible, una breve exposición luego de la cual tenga el honor de absolver vuestra interrogantes, para un mejor resolver las demandas ciudadanas que distinguidos compatriotas les han formulado.
Atentamente.
Miguel Campos Arredondo


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Les participo que presenté ante el Tribunal Constitucional mi libro "LA HISTORIA SE REPITE", publicado el 2008, que contiene el artículo "Prensa privada peruana, generadora de subdesarrollo y miseria" que aquí se publica. Me agradaría mucho saber luego vuestra opinión apreciados amigos.

De veras que la ley Mulder es incompleta. A la prensa privada, por el bien del país, también hay que prohibirle que intervenga en la propaganda de los candidatos y estos solo se publiciten en los medios de comunicación del Estado y en tiempos y espacios iguales para todos.
Así, solo "'llegarán” los ciudadanos más experimentados y justos y no los mercantilistas catapultados por el dinero a veces mal habido y Perú será muy pronto un país verdaderamente
libre y todos los peruanos felices.
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PRENSA PERUANA GENERADORA DE SUBDESARROLLO Y MISERIA

(26 de enero del 2002), Publicado el 2008 en "La Historia se repite". A propósito de la oposición a la Ley Mulder. Qué les parece?.

Abordar este asunto constituye para mí una obligación moral, a la que no puedo ni debo renunciar, porque está de por medio el Perú, sus moradores y el destino de las futuras generaciones. En consecuencia, respondo complacido al llamado imperativo de mi conciencia sin contar para mí, en modo alguno, las naturales máculas que pudiera infringirme ese poder que en el Perú es casi omnímodo: la prensa.
Sí, aquella que según don Luis Miro Quezada, puede ser la más noble de las profesiones o el mas vil de los oficios. La misma con la que, hasta donde recuerdo, los políticos peruanos “de éxito” siempre evitaron colisionar por temor a perder vigencia y volver a ser los desocupados y desafortunados de antes; por supuesto que para ellos la política no es la práctica de servicio a la colectividad si no la forma mas fácil de vivir holgadamente a costa del dinero del Estado. No les interesa por tanto si les dicen afeminados, farsantes o ladrones, no, lo importante para ellos es hacer noticia, providencial receta que al gusano le convierte en águila.
Quiero dejar constancia que si hasta hoy hice política y me esmeré en llegar al gobierno, fue porque anhelaba posibilitar un verdadero y positivo cambio social en el Perú; pues me resultaba y aun resulta por demás incómodo y hasta vergonzoso habitar un país que en contraste con su pródiga geografía, para subsistir apela de continuo a la ayuda externa.
Sufrir de niño en carne propia la problemática de las mayorías y de adulto las maquinaciones que efectúan los grupos de poder para aplastar las aspiraciones populares con el infaltable e infalible auxilio de la prensa, me da la autoridad moral suficiente para opinar, y por lo mismo dispuesto estaré siempre a demostrar la veracidad de mis afirmaciones ante cualquier persona o institución y en cualquier lugar y circunstancia. No hay en mí afán alguno de venganza por no haber logrado algo personal, pero sí lamento no haber podido servir a mi país, por las barreras infranqueables que a los candidatos de extracción popular se impone en los procesos electorales, que no pasan de ser mas que simulacros electorales en los que lamentablemente juega rol fundamental la prensa. El desempeño de los profesionales de la pluma para los ciudadanos que en política tienen la calidad de principiantes constituye un verdadero desengaño, pero eso tiene su explicación según lo comprobaremos más adelante.
Las entrevistas a gobiernistas y opositores que pagan bien son harto publicitadas, preparadas, extensas, debidamente editadas y por supuesto “muy exitosas” para el entrevistado quien aparece como galán de película, un personaje virtuoso a ultranza; mientras las que se hace a los que no abonan son breves, cortantes, irrespetuosas, tontas y si se trata de medios de comunicación escritos casi nunca se publica, mas si eso ocurre no pasan de ser menciones ridiculizantes; en fin de cuentas un insípido cumplido para justificar el pluralismo.
Cada proceso electoral, para los propietarios de los “grandes medios de comunicación” privados es una brillante oportunidad para incrementar su patrimonio personal, como en otra escala, hacen los vendedores de flores el día de los muertos, sin contar para nada si publicitan a demagogos o delincuentes.
Mortifica hasta el hartazgo, seguir viendo al Perú en el consenso internacional, convertido en una mixtura de paria y mendigo, a pesar que en los albores del siglo pasado éramos terceros en América latina, solo después de Brasil y Argentina. Un país, somos hoy, comandado por compatriotas elegidos en cumplimiento de una legislación redactada por los grupos de poder económico, paradójicamente ungidos por el voto popular y que como es natural no responden luego a la confianza ciudadana, pues solo cuando están en el poder nos enteramos que son de dudosa reputación y carentes de las cualidades que el cargo les exige y todo porque ni nuestra Constitución ni Ley electoral se los demanda, ni siquiera ser experimentados y justos, lo cual constituye una abismal diferencia con los ciudadanos pioneros del progreso de las naciones más desarrolladas y libres del mundo.
En las últimas décadas, por la vida agitada que llevamos y porque la pobreza es el común denominador de la mayoría de los peruanos a consecuencia de las infelices políticas económicas implementadas por nuestros gobernantes, apelamos fundamentalmente a los medios de comunicación como fuente informativa y de allí la trascendental labor y responsabilidad que tiene la prensa nacional.
Si ésta dice que Fulano es sabio, lo es; que Zutano es ladrón, lo es; que aquel es homosexual, lo es. Si dice que tenemos uno de los mejores presidentes del mundo, que nuestra situación económica es tan sólida al extremo que no necesitamos ayuda externa, que estamos a punto de tener la mejor educación de América Latina; para el grueso de nuestra población resulta creíble, lamentablemente
¿Pero cual es la verdad?, ¿Merece la prensa respeto y confianza de la colectividad? Particularmente considero muy discutible, porque los medios de comunicación particulares obedecen al interés de sus dueños y clientes, mientras los estatales al de los jerarcas de turno. Así de claro. En el caso de los primeros resulta natural aunque decepcionante, verdad amarga que hay que admitirla, con más razón ahora cuando la recesión afecta a todas las empresas del país. Pero lo que resulta perjudicial para todos los peruanos y constituye un golpe mortal a la democracia es cuando el Estado se convierte en cliente de los medios de comunicación particulares, vía los contratos de publicidad. En ese caso los rotativos corresponden el gran favor recibido realizando una oprobiosa deformación de imagen a favor de los gobernantes, teniendo tanto al Perú como a parte del mundo, puniblemente engañados. Afirman que tenemos el mejor gobierno de nuestra historia, que sus medidas son atinadas, que la mayoría ciudadana respalda su gestión, que el PBI se incrementa, que la inflación se reduce, que pronto habrá reactivación, que el gobierno merece la reelección y toda falacia que convenga al gobierno. Como lamentablemente el nivel cultural de nuestra sociedad es primario, esas falsas y temerarias afirmaciones se toman como ciertas. Así de fácil se engatusa a la población y a la larga el precio que pagamos por nuestra ingenuidad es demasiado caro y el daño a veces irreparable, como ocurre con nuestra deuda externa que con el transcurrir del tiempo se ha ido incrementando al punto que es prácticamente impagable a pesar que mayormente sirvió para enriquecer a los mandarines de turno, sus amigos y parentela.
Precisamente por haber tenido en el gobierno a los favoritos y clientes de la prensa privada y en el colmo de la desdicha a personajes de dudosa reputación, incompetentes, egoístas e inserviciales, somos un país subdesarrollado, dependiente, saqueado, endeudado, limosnero internacional y hasta mal pagador. La mayoría de gente en edad de trabajar está desocupada porque al Estado no le interesa capacitar a todos para el trabajo tal como se hace en las naciones más desarrolladas y libres de la tierra y a diario constatamos que la miseria y todas las consecuencias que de aquella se derivan se incrementan, como también quiebran nuestras empresas privadas pequeñas y medianas a pesar del importante rol social que desempeñan.
LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Para la democracia la libertad de expresión constituye un factor fundamental, de allí que con mas razón los medios informativos deben expresarse con total independencia y sin temor a mordaza alguna, pero eso es harto discutible cuando existe un contrato comercial de por medio.
ELECCIONES
Si votar es elegir entre varias alternativas, el mundo debe saber que en la tierra de Grau, Bolognesi y Tupac Amaru, hombres que ofrendaron sus vidas por puro patriotismo; los procesos electorales son una farsa, porque los resultados no reflejan la voluntad popular. Y ¿porqué?, porque la prensa privada pone en primera línea a los candidatos que más le pagan. Las entrevistas a gobiernistas y opositores que pagan bien son harto publicitadas, preparadas, extensas y por supuesto “muy exitosas”, mientras las que se hace a los que no abonan son breves, tontas y un insípido cumplido. Si bien cada cinco años vamos a las ánforas esperanzados en elegir a nuestros mejores representantes, luego nos damos cuenta que hemos elegido a nuestros asaltantes y verdugos, porque ese es el triste papel que desempeñan los ciudadanos que son honrados con la confianza popular. En vez de servidores son detractores de la comunidad. Y eso se da, aunque resulte increíble, porque a despecho de ideologías, principios, programas, aquí el dinero decide los resultados. Los candidatos que más gastan en las campañas electorales y especialmente en los medios de comunicación particulares que son los que tienen más “pegada”, ocupan los primeros lugares. El cuadro se complica con el trabajo sistemático y discutible que realizan las autoridades electorales sumisas al gobierno, por temor a perder sus exorbitantes e incontrolables sueldos; las nefastas “encuestadoras”, los grandes empresarios y hasta instituciones que supuestamente velan por la “transparencia”.
Eso motiva que las minorías pudientes coludidas con algunos ciudadanos, que son la versión moderna de Filipillo, aquel indio que colaboró con los conquistadores españoles, sean los únicos que llegan al gobierno de la República. Por eso estamos así, catalogados como un país tercermundista; lamentable e injusta situación que persistirá mientras subsistan las arguciosas normas, que han sido redactadas por los representantes del poder económico férreamente enquistados en el congreso de la República. Por eso los procesos electorales han resultado innecesarios para el país y hasta perjudiciales por sus altos costos y negativos resultados. Los grandes beneficiados son precisamente los medios de comunicación privados.
Los “vencedores pírricos” instalados en el gobierno actúan en función de sus propios intereses y los de sus amigos y favorecedores, soslayando sistemáticamente las angustias de las mayorías que crónicamente son utilizadas y postergadas. Usan para ello de normas constitucionales, leyes y decretos que les permite consumar sus tropelías y hasta lograr impunidad.
Precisamente hace poco, mediante un sondeo de opinión realizado por una importante entidad nos hemos enterado que las empresas de telecomunicaciones, mineras y banqueras son las favoritas de todos los gobiernos de turno, incluso del presente. Y eso ocurre porque los dirigentes de las mismas para conservar o lograr inmerecidos privilegios apoyan las campañas electorales o se suben al coche triunfalista. Precisamente el Señor Schult  Landazuri, posiblemente merced a siniestras influencias acaba de ser liberado en Argentina y seguramente ocurrirá lo mismo aquí a pesar que estuvo harto comprometido con el gobierno de la corrupción, habiendo sido visto en un video recibiendo dinero de manos de don Vladimiro Montesinos.
Actualmente, mientras se debate la ley de telecomunicaciones en el congreso de la República, el Ministro del ramo ha declarado que no se debatirá sobre el contenido de los programas, lo cual supone que la televisión, por ejemplo, tendrá carta blanca para seguir degenerando a nuestros niños y jóvenes. Muestras de tal nociva influencia es el hecho que en los últimos años, se ha triplicado el número de niñas que salen embarazadas. Por culpa de la prensa hoy vivimos en el Perú un estado similar a los tiempos de Sodoma y Gomorra.
Así intoxican al país los que han hecho un feudo de las comunicaciones y un negocio de la noticia. Y para colmo, en momentos en que se debate la nueva ley de comunicaciones un magnate de las mismas acaba de proponer ante el Congreso de la República, que la misma pagará sus impuestos con avisaje. Eso supone que a pesar que la prensa desinforma, aliena y corrompe, especialmente a los niños y jóvenes, los peruanos tendríamos que pagarle. Sería un subsidio indebido y escandaloso a empresas privadas que perjudican a la sociedad.
Con los medios de comunicación nadie quiere “chocar”, con más razón los opositores, porque si lo hacen “se queman” y no llegarán lejos, de allí que a ellos tratan con guantes de seda y extrema pleitesía, no se arriesgan al chantaje, ridículo, calumnia y a lo que es peor; la indiferencia de los mismos. No les preocupa su dignidad, pues para ellos lo más importante es hacer noticia. El favoritismo llegó al extremo cuando en el régimen fujimontesinista se dio una ley que amparaba a los medios informativos para que no revelen su fuente informativa, con lo cual se oficializaba la impunidad en nombre de una muy discutible libertad de expresión.
Los gobiernistas no se preocupan porque tienen prensa cautiva por obra y gracia de los contratos de publicidad estatal o por los injustos, innecesarios y perjudiciales canjes.
Si compatriotas, esa es la gente que llega a palacio de gobierno, al congreso de la República y municipios; catapultada por una prensa cortesana y obsecuente. Gente que llega al poder, sin otro requisito que ser peruano de nacimiento y tener mayoría de edad.
Aunque parezca mentira la ley peruana no exige profesionalismo, solvencia moral, ni preocupación por los problemas sociales. Por supuesto que no es de esperar obra positiva, de aquellos compatriotas.
Si bien esta crónica fue destinada a tratar sobre los medios de comunicación, a manera de información trato sobre el comportamiento de los gobiernos frente a otros grupos de poder.
Deja mucho que desear, por ejemplo, la forma en que se favoreció hace poco al dueño de uno de los más grandes bancos del país. El magnate acaba de ser liberado de culpa por decisión de una jueza anticorrupción a pesar que estuvo en el SIN con Vladimiro Montesinos, pidiéndole favores para los dueños de una empresa seriamente comprometidos en el narcotráfico. A dicha autoridad conozco porque tuvo singular protagonismo durante el gobierno corrupto del fujimontesinismo, siendo inclemente con los opositores al oprobioso régimen. Precisamente el año 1995, inicié una querella por difamación y calumnia al diario ”Expreso”, en ese entonces fujimontesinista a ultranza. Tal doctora, subestimando mis contundentes pruebas lo liberó de culpas y de pagarme una fuerte suma por reparación civil. “Expreso” fue uno de los medios que uso el gobierno de la corrupción para anular y destruir mi candidatura presidencial y como muchos medios informativos, hacía tabla rasa de la dignidad de la gente para pagar favores al gobierno.
En ese entonces, la “tornadiza” profesional con argumentos cantinflescos emitió una resolución “jalada de los cabellos”. Precisamente ahora el director del mencionado rotativo está en la cárcel.
En variadas y sutiles formas las grandes empresas son favorecidas por los gobiernos pero eso no se hace con las pequeñas y constituye una burda e injusta discriminación. A las grandes se las favorece con normas “legales” que les permite afianzar sus monopolios, desgravar impuestos, canjear deudas con el fisco, contar con el apoyo económico del gobierno cuando dicen estar en crisis; en fin de cuentas, para los pudientes e influyentes, aquellos que menos necesitan todo; mientras que para los débiles y siempre más necesitados nada o casi nada. Estas son pruebas incontrastables de que en Perú no existe justicia social y nuestra democracia es discutible y a pesar de eso son términos trillados que usan los que viven o esperan vivir de la política.
Cuando adeudan altas sumas de dinero al Estado, por ejemplo por concepto de impuestos, reciben odiosas y discriminatorias concesiones que no se otorgan a las pequeñas empresas. A las favoritas se les permite hacer canje. Las telecomunicaciones por ejemplo pagan al Estado con espacios de publicidad a pesar que el Estado cuenta con sus propios medios de comunicación. Dicho trueque favorece también a los discutibles gobernantes de turno porque les permite contar con una prensa sumisa y complaciente, obligada a mantener muy en alto la imagen del presidente y su entorno aunque atenten contra los intereses populares. Precisamente si bien durante el gobierno de Alberto Fujimori el Perú pudo lograr la condonación de gran parte de su deuda externa, como lo hicieron otros países tercermundistas, tal beneficio no pudimos lograr porque en ese  entonces la prensa privada hacía creer al mundo que en Perú vivíamos en una suerte de paraíso y con un presidente de tipo exportación. Esto también constituye un serio atentado contra la libertad de expresión, porque esa prensa sumisa y timorata, está comprometida a no discrepar con el régimen por el riesgo de perder tal beneficio o de ver rescindidos sus contratos de publicidad suscritos con el mismo. No es la prensa privada realista, imparcial e independiente que la colectividad merece y la democracia demanda, sino el acolito, obsecuente y servil de falsos sacerdotes que lucran con los dineros públicos y se burlan de la gente. Además, con tales e injustos privilegios el Estado se perjudica con millonarias perdidas, ante la indiferencia de los mandarines que disfrutan de los azahares del poder y acumulan fortuna a costa del dinero del Estado ante el descuido o impotencia de la ciudadanía que no tiene poder adquisitivo para hacerse escuchar y respetar.
Tal denigrante rol desempeña la prensa nacional, posiblemente porque la recesión y escasa demanda de clientes es el riesgo cotidiano al que están expuestas las empresas peruanas, al fallar los siniestros experimentos que hacen los casi siempre improvizados e incompetentes gobernantes de turno. Pero los grandes empresarios, entre ellos los de las comunicaciones deben tener en cuenta que el desgobierno y la crisis no solo afecta a ellos sino a todos los empresarios del país y por tanto deben propiciarse medidas integrales y no coyunturales ni discriminatorias. Si bien a los medios de comunicación resulta fácil lograr a cualquier precio beneficios particulares con los gobiernos de turno, hay que actuar en función de todo el empresariado y del país en general. Sólo así se hace patria y se forja el desarrollo nacional.
La conducta negativa de la prensa es precursora de miseria, subdesarrollo y dependencia. Por eso he llegado a la conclusión que una medida saludable para todos los peruanos y para apuntalar definitivamente el desarrollo nacional, sería que los medios de comunicación privados no deben de suscribir contratos publicitarios con el Estado. Las razones que me llevan a formular este patriótico planteamiento son las siguientes:
1) El Estado peruano tiene sus propios medios de comunicación.
2) La prensa privada al hacer y publicitar una buena imagen de los malos gobernantes, perjudica al país.
3) Ejercer la libertad de expresión no significa crear una empresa privada que se nutra de los fondos del Estado y propicie el descalabro moral y económico de un país.
Todos los empresarios peruanos deben poner su cuota de esfuerzo para que la situación del Perú se torne en prospera. Ojalá que la infeliz conducta que la prensa y un importante sector del empresariado nacional observaron durante el fujimontesinismo, no se repita, por el bien de todos nuestros connacionales. Hay que calificar mejor la mano de obra, superar nuestra tecnología, reinvertir en el Perú y buscar mejores mercados; pero no optar por lo más fácil que es convertirnos en clientes del Estado para vivir del dinero de todos los peruanos. No compatriotas empresarios, no señores de los medios de comunicación, así están propiciando el descalabro nacional y justificando las aberraciones de gobernantes ambiciosos e inserviciales y condenándonos a más miseria, subdesarrollo y dependencia
En cuanto a las empresas mineras, prácticamente todos los gobiernos las han beneficiado, a pesar de ser simples exportadores de materias primas, generadoras de escaso número de puestos de trabajo y aparte de eso en reiteradas ocasiones han sido acusadas de sacar metales preciosos fuera del país camuflados dentro de los baratos. A parte de eso se les acusa también de ser indolentes saqueadoras de nuestros recursos naturales no renovables.
Y continuando con el análisis del favoritismo gobiernista para con los grandes empresarios, no podemos olvidar que hace tres años mientras la inmensa mayoría de empresas colapsaba dejando a sus trabajadores en la calle el gobierno utilizó cerca de dos mil millones dólares de nuestras reservas para reflotar a las AFPs, grandes empresas que vienen lucrando con el dinero de los trabajadores, y en contra de las cuales hay denuncias cotidianas.
También se usó muchos millones de la caja pública para reflotar algunos bancos privados como el “Latino”, que a pesar de tal esfuerzo sucumbió. El Perú es un país donde el favoritismo que se hace con los de arriba e influyentes tiene visos de escándalo. Aquí, hasta en las cárceles son favorecidos los pudientes. Hace poco nos enteramos de la fina atención que recibe en el Penal Santa Mónica un familiar del siniestro ex-asesor Montesinos; que el ex director de “Expreso” y un hermano del Alcalde del Callao presos en el Penal de “San Jorge” tenían las llaves de sus propias celdas. Así mismo no es raro que un “envarado”, para huir de la justicia se interne en un centro hospitalario donde es atendido por médicos y jueces con especial deferencia.
Pero a los pobres y pequeños, se les aplica “todo el peso de la ley”. Cuando los pequeños empresarios no tienen dinero para pagar sus deudas y tributos se les enjuicia, embarga y arruina y cuando optan por hospitalizarse se les deniega el ingreso o saca a patadas. Aquí para nada cuenta la vida de los humildes, si los padres de familia no tienen dinero su hijos no van a la escuela, crasa irresponsabilidad, insensibilidad y horfandad  de patriotismo de quienes dirigen el Estado peruano que  contrasta con el desempeño de los mandatarios de las naciones realmente democráticas, progresistas y libres. No hay real preocupación por la educación de toda nuestra gente a sabiendas que al negarle educación a nuestros niños se les está negando el derecho de ser libres. Somos el país de la improvización,  de la solución de nuestros crónicos problemas con temor y cuentagotas, paliativos, del populismo cínico, improductivo, consumista y creador de parásitos sociales, del egoísmo descarado y hasta del genocidio porque a nuestra gente se la mata lentamente buscando siempre de tener como adeptos y electores a gente pobre y manejable y en el extremo se levanta mucho polvo cuando a los niños se les brinda un vaso de leche.
Precisamente hace poco el ya célebre deportista Armando Maradona ha dicho a nuestro presidente que en vez de preocuparse por la Bolsa de Valores, atienda a la gente humilde. “Si no lo hace es un mentiroso”, acotó.
Ni siquiera podemos confiar en el Parlamento, a pesar de su función fiscalizadora, por dos razones: en caso que tiene mayoría gobiernista no hace más que coludirse con el régimen para justificar sus fechorías y atropellos y si no la tiene se concretan “acuerdos” se dice “en salvaguarda de la democracia”, pero estos se realizan casi siempre para asegurarse el mayor tiempo posible el exorbitante e inmerecido sueldo que perciben por desempeñar el denigrante papel de frenos rentados del país.
Cuando de fondos económicos se trata, nuestros gobernantes optan sin vacilaciones por apelar al extranjero, actitud facilista e irresponsable; desoyendo incluso las recomendaciones de las autoridades mundiales de la economía, como los líderes del FMI y el Banco Mundial. A ello se adiciona las ciegas cargas tributarias que imponen a las empresas y ciudadanía en general y el remate sistemático del patrimonio nacional; lo cual evidencia también su incapacidad y anti patriotismo. Los préstamos foráneos incrementan nuestra ya abultada deuda externa y la convierten en impagable. Además tal actitud es indigna de un país pródigo en recursos naturales y dueña de un pasado grandioso y ejemplar en su condición de heredero del Imperio de los Incas. Peor aún si nuestros gobernantes no pueden eliminar el déficit fiscal, con lo cual hipotecado esta nuestro futuro. También se apela desvergonzadamente a la filantropía internacional, sin tener en cuenta que tales donativos son instrumentos de dominación y de dependencia. Para ellos lo más importante es tener dinero, para el enriquecimiento ilícito, en especial del presidente, su entorno, congresistas cómplices y una burocracia servil, obsecuente y antisocial. Así pues desgobierna y arruina al país, el grupo de “señoritos” y sus cómplices que por obra y gracia del dinero son los únicos que llegaron al poder durante casi toda nuestra vida republicana e incontrastablemente con el apoyo de la prensa privada.
He llegado a creer que hasta los semi analfabetos gobernarían mejor, porque al menos estarían motivados por el afecto a sus hermanos de infortunio, que son la inmensa mayoría, sentimiento del cual carecen “las eminencias económicas y políticas”, que hasta hoy manejaron las riendas del poder.
A pesar de la efectiva labor social que desempeñan, de las empresas en general no se preocupan, salvo algunas odiosas excepciones que se hace con las grandes; que sirven mayormente para apuntalar los monopolios y arruinar a las pequeñas. Soslayan a estas últimas, a pesar que son las principales generadoras de puestos de trabajo, estar integradas y dirigidas por peruanos y ser duro espinazo de la economía nacional. A ellas, en vez de concederles el respaldo e incentivos que merecen, como se acostumbra en las naciones más prosperas y desarrolladas del mundo; se les pone una serie de barreras y tanto el gobierno central como los municipios las acosan implacablemente desde que nacen. Carecen de crédito, ayuda técnica, asesoramiento y de toda ayuda estatal, incluso de mercados, pero el gobierno las abandona a su suerte, y por el contrario las perjudica con duras cargas. Altos pagos por concepto de licencias, abusivas tarifas de servicios esenciales que encarecen los costos de producción impidiéndoles ser competitivas.
Con facilidad y punible insensibilidad se las clausura y embarga sin mayor trámite, cuando por falta de ingresos no pagan sus impuestos. La SUNAT, ese ogro, inquisidor y verdugo, a quien se le ha dado también el papel de cajero de continuo hace público el remate de los bienes confiscados a los pequeños empresarios, sin importarle que la gente pierda su fuente de trabajo.
A esos ciudadanos que atentan contra el Perú y todos los peruanos, la prensa nacional siempre ha loado mientras pudo sacarles ventajas; con lo cual queda demostrado su negativo rol y vergonzosa complicidad en nuestro subdesarrollo, pobreza y dependencia. Por eso considero que es urgente romper el cordón umbilical que los une y la mejor manera de lograrlo sería mediante una norma que prohíba la concreción de contratos publicitarios entre los mismos. Hay que tener en cuenta que all gobierno no le hace falta los medios de comunicación particulares porque cuenta con los propios y si estos no tienen la capacidad necesaria hay que repotenciarlos de inmediato, porque para eso hay mucho dinero en reservas que dejó Fujimori al rematar gran parte del patrimonio nacional.
Sólo de esa forma podríamos contar con una prensa privada realmente libre y tendríamos de nuestros gobernantes una imagen real tanto interna como externamente y no la trastocada que la prensa convenida y sumisa hoy nos muestra. Las discrepancias entre la prensa privada y el régimen, cuando existe de por medio un contrato publicitario, solo salvan apariencias. Aún sin duda muchos podemos recordar, por ejemplo, que un importante medio de comunicación particular, costeó uno de los primeros viajes de Fujimori a Japón según nos enteramos en la lectura de “El rostro oculto del poder”, de Francisco Loayza).
A los peruanos nos consta que los canales de TV 4, 5, 9 y 13, han estado y al parecer continúan estando hipotecados al gobierno y para quedar bien con el mismo, tuvieron y tienen que suspender programas veraces, independientes y aleccionadores como los dirigidos por el idóneo periodista César Hildebrandt. Eso demuestra la forma vergonzosa, brutal e irresponsable con que los propietarios de tales medios pagan los favores de  los gobiernos de turno atentando gravemente contra la libertad de expresión. Ese tipo de prensa desinforma y desorienta a la colectividad.
Debo aclarar que no estoy contra la libre empresa, muy por el contrario la respaldo, consciente que es la pionera del desarrollo y la prosperidad de los pueblos, pero discrepo del parasitismo estatal que practican, actitud facilista que quita méritos a la misma y desangra innecesariamente al erario nacional. El Perú debe dejar de ser un país de privilegios. Las empresas deben subsistir, sí; pero todas deben trabajar en las mismas condiciones. Es una crasa injusticia, que mientras la inmensa mayoría de aquellas tiene que hacer malabares y hasta esperar milagros para no sucumbir y poder cumplir sus obligaciones, otras se arriman prestamente al Estado y viven del dinero de todos los peruanos, y lo que es peor y harto criticable y vergonzoso, para servir de voceros y asesores de imagen a ciudadanos que no lo merecen porque no hacen obra positiva por el país.
Y por si hubiera duda sobre algunas de mis afirmaciones, yo les invito a poner atención en la TV, los diarios y emisoras radiales más prestigiosas. Seguramente en todos aquellos ustedes encontrarán un avisaje del Estado y posiblemente innecesario. Así pues subsidiamos los peruanos a los medios de comunicación.
Y para terminar este breve ensayo, en el cual he sido harto sincero y consciente que la prensa privada bien puede “marcarme” y condenarme al oscurantismo político, lo cual personalmente no me preocupa, formulo una patriótica sugerencia, basada en mi experiencia personal. La planteo porque he sido víctima de esa prensa cuando servía sin reparos a la dictadura fujimontesinista.
Considero conveniente, que por el bien del país y de todos los peruanos y para que vivamos en una auténtica y plena democracia, se exija especiales requisitos a quienes pretendan llegar a la función pública tales como: profesionalismo, honorabilidad, comprobada y permanente preocupación por la colectividad y el más puro y acrisolado patriotismo; y que las propagandas electorales sólo se hagan en los medios de comunicación estatales, otorgándose a todas las agrupaciones políticas iguales espacios y tiempos, prohibiéndose todo tipo de propaganda electoral en los medios de comunicación particulares.
Esto traerá como saludable consecuencia que los peruanos estaremos gobernados y representados por los mejores ciudadanos, y con las cualidades que tuvieron los ciudadanos que forjaron la grandeza de las naciones más poderosas del mundo. Sólo entonces el desarrollo nacional y el bienestar real y permanente de todos los peruanos será una hermosa realidad. No existe otra salida.



Al contrario de lo que afirman los representantes de la prensa privada, los contratos de publicidad que se concretan entre el Estado y la prensa privada atentan contra la libre información. Por eso siempre tuvimos en los últimos tiempos una prensa pusilánime, sorda y hasta muda que no decía la verdad por el temor de sus dueños a perder mucho dinero del Estado. Tengo la certeza que el día que la prensa privada no tenga atadura alguna con los gobiernos disfrutará del respeto ciudadano, estaremos mejor informados y el país avanzará porque una auténtica libertad de expresión es vital en toda democracia.